El fallecido líder socialista Alfredo Pérez Rubalcaba estaba convencido de que en la derrota de la banda terrorista ETA (2011) fue clave la ruptura del mito de su imbatibilidad. Así lo afirmó el exvicepresidente de Gobierno y exministro del Interior en gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero en una entrevista -de la que ahora se rescatan interesantes fragmentos inéditos- con el periodista Manuel Campo Vidal, destinada a la serie documental '40 años de democracia' del Canal Historia (2017). Estas son algunas de las reflexiones y revelaciones más destacadas de la grabación.

Ajuria Enea

Para Rubalcaba el principio del fin de ETA arranca del pacto de Ajuria Enea (1988), firmado por todos los partidos democráticos vascos. "Es lo más completo y perfecto que hizo España en la lucha contra el terrorismo. Ahí está todo, empezando por la unidad: la Policía, Francia y la cooperación, los jueces y los fiscales, el posible diálogo. Es un salto definitivo en el que los demócratas nos ponemos todos de acuerdo". Rubalcaba revela que el documento fue redactado por un asesor de Ardanza, José Luis Zubizarreta, y por el dirigente socialista vasco Txiki Benegas.

La imbatibilidad, un mito

Una de las grandes claves del fin de ETA, asociada a los golpes policiales, fue la ruptura del mito de su imbatibilidad. "El terrorismo es odio, es fanatismo, pero también es teatro y publicidad. El mito de la imbatibilidad de ETA nace (del asesinato) de Carrero y se teorizaba como el empate infinito: un día va uno por delante y otro va otro, pero al final se acaba en empate, así que necesariamente tenéis que dialogar y ceder.

Eso era lo que había que romper, porque había gente en los pueblos de Guipúzcoa y Navarra que se lo creía", afirma el hombre que, como ministro, pronunció dos frases fundamentales al respecto: "Cada vez que un joven pide su ingreso en ETA está pidiendo su ingreso en prisión" y esta otra, tras la detención de un jefe etarra: "No sé quién le sustituirá, pero sí puedo decir que no durará mucho".

Rubalcaba, en la entrevista con Manuel Campo Vidal

La ruptura de Batasuna

Rubalcaba le niega cualquier carácter de autocrítica moral. "Es puramente un problema táctico, estratégico o de supervivencia. ETA se acaba y si no rompemos con ETA nos vamos con ellos al agujero y a la cárcel. Cuando oigo decir a Otegi 'es que nosotros..., pienso: vosotros dejasteis a ETA porque yo detuve a 'Txeroki'. Si no, no os habríais atrevido jamás. Y tampoco si no hubierais pensado que ibais a la cárcel. ETA estaba muy débil porque le estábamos dando golpes muy duros y teníais pánico de que en su caída os arrastrara".

El diálogo final con ETA

"Lo que la gente no sabe es que el diálogo con ETA no empezó nunca, porque en ETA cambiaron las cosas tanto en unos meses que realmente los que habían estado firmando la tregua (de 2006) luego no se encontraban con fuerza para llevar adelante lo que venía después. Yo me di cuenta de eso enseguida y montamos (las conversaciones de) Loyola. Y ahí estaba el PNV. Y se pringó hasta aquí (señalándose las cejas)". Ese proceso de diálogo fue interrumpido por el atentado de la T4 de Barajas (30 de diciembre de 2006). "Siempre sostengo que el final de ETA es la T4. Sostengo que los pocos apoyos políticos que le quedaban en el País Vasco se caen".

El papel del PNV

Los contactos de Rubalcaba con el PNV se iniciaron a finales de los 90, cuando era responsable antiterrorista del PSOE y se centraron en Josu Jon Imaz, luego presidente del partido. "Eran los momentos durísimos del final de la tregua de Aznar, de una violencia terrible (secuestro de Ortega Lara, asesinato de Miguel Ángel Blanco). De ahí nace el Pacto Antiterrorista (2000), en un momento en el que nos estaban dando unos bofetones terribles. Le cuento a Josu Jon lo que creemos que podemos hacer y le pido su apoyo. Me lo da y me dice esa frase que no olvidaré: "Lo más importante para mí es pasear con mis niños por la Concha (de San Sebastián) sin escoltas".

'Ata' (jefe de ETA en 2010)

"Detuve a tres o cuatro números uno. 'Txeroki' fue el primero, pero luego cayó el último, 'Ata' (Mikel Karrera), que era un tipo peligrosísimo, con cabeza, que intentó los últimos movimientos estratégicos de ETA, que eran muy inteligentes, como poner su base operativa en Portugal. Si no llegamos a pillarlo, aquello nos hubiera vuelto locos cinco años. Sólo cometieron un error: separar mucho la base logística del origen de los suministros, lo que obliga a recorrer un largo camino en el que pueden pasar cosas. Y les pasaron".

Colaboración con Francia

"Costó mucho, muchísimo, en los 80, en los 90. Es Sarkozy, por hacerle justicia, el que ya la convierte (en habitual). Yo consigo una cosa que en términos policiales es insólita: que dejen entrar armadas a la Guardia Civil y a la Policía en Francia después del atentado de Cap Breton (2007), en el que mataron a dos guardias civiles (desarmados). Francia tuvo reticencias objetivas, en parte por la Historia. ETA no nace como un movimiento terrorista sino como un movimiento de liberación nacional antifranquista. Y además, Francia tenía un País Vasco francés que contaba lo suyo".