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Fallece Rubalcaba

La derrota de ETA, una prioridad para Rubalcaba

El ex ministro del Interior se implicó en el proceso que condujo al fin de la banda terrorista - Quienes le conocieron destacan su apoyo a las víctimas

Rubalcaba, con Natividad Rodríguez, viuda de Fernando Buesa, político socialista asesinado por ETA. EFE

La lucha contra el terrorismo de ETA constituyó una de los ejes de la trayectoria política de Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecido este viernes en Madrid. Una prioridad en la que los que le conocieron destacan su infatigable labor de acompañamiento y apoyo a las víctimas de la banda terrorista. Como ministro del Interior (2006-2011), Rubalcaba se implicó de manera directa en el proceso que desembocó en el final de la violencia, un trazado no exento de discrepancias pero que sirvió para cerrar cinco décadas de barbarie.

"Fue un hombre de Estado que prestó un gran servicio a España, un patriota en el sentido real de la palabra. He perdido a un amigo y tengo una pena enorme", subraya Rosa Díez, ex líder de UPyD y ex consejera del Gobierno vasco por el Partido Socialista de Euskadi (PSE- PSOE) en los años 90, la misma época en la que Rubalcaba ocupó diferentes carteras ministeriales en los Gobiernos de Felipe González. Como portavoz del Gobierno (1993-1996), Rubalcaba siempre negó cualquier relación del Gobierno con los GAL. Años más tarde, en diciembre de 2000, Rubalcaba encabezó la delegación socialista que firmó con el PP el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo.

Rosa Díez asume sus discrepancias con Rubalcaba por las negociaciones entre el PSOE y la banda terrorista en 2006, clausuradas tras el atentado contra la T-4 del 30 de diciembre de ese año. Para entonces, Díez ya había mostrado su distanciamiento con la línea política del socialismo, tanto en el País Vasco como en el Gobierno de Zapatero. "Muchas veces no estuve de acuerdo con él, pero es una persona que deja un hueco en la vida política española y en el corazón de quienes lo conocimos. Alfredo sufría con el dolor de las víctimas del terrorismo. Acompañar y apoyar a las víctimas no solo era una tarea que hacía porque era derivada de su cargo, sino porque la sentía así profundamente", resume.

Rubalcaba y Zapatero, a la salida de la capilla ardiente del empresario vasco Ignacio Uría, asesinado por ETA en 2008. EFE

En un coloquio celebrado en Madrid hace dos años con motivo de la presentación del documental 'El fin de ETA', Rubalcaba recordó que el Gobierno no esperaba una oposición de tal magnitud por parte del PP en aquellas conversaciones. "Lo que ETA hizo en 2011 fue reconocer que había perdido. Era el final de la violencia, de la

extorsión y del drama", destacó.

El periodista Gorka Landaburu, gran conocedor de la política vasca y objeto de un atentado de ETA en 2001, le recuerda como un político "dialogante" que siempre prestó apoyo a las víctimas. "Fue el hombre que terminó con ETA y el que permitió que los vascos recobráramos la libertad", resalta. Landaburu reivindica su labor y la de Jesús Eguiguren, ex presidente del PSE, en las negociaciones que condujeron al cese de la violencia por parte de la banda terrorista, al tiempo que recuerda las dificultades de esa etapa por las discrepancias entre ambos a la hora de dirigir un complejo diálogo con ETA.

"Al principio no se fiaban el uno del otro y tuvieron sus tiras y aflojas, pero acabaron entendiéndose. Eso permitió avanzar hasta que el atentado de la T-4 puso fin a la negociación", subraya Landaburu, que recuerda asimismo que el ministro de Interior decidió redoblar esfuerzos para acrecentar la distancia que ya existía entre ETA y su brazo político, Batasuna, partidaria de que las conversaciones prosiguiesen. Aquella estrategia de presión buscaba obligar a la banda terrorista a poner fin a la violencia. "Es ahí cuando dijo 'vamos a por ellos' y presionó a Otegi con la frase 'O se está con los votos o se está con las bombas'", indica.

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