El ex primer ministro francés y candidato a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, cree que existe una "coincidencia política y táctica" entre el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y se propone recuperar a la capital catalana de la "deriva".

Valls ha presentado hoy su campaña de cara a las municipales de mayo de 2019 con un gran acto celebrado en el auditorio del Palacio de Congresos de Barcelona, en el que ha estado arropado por la líder de Ciudadanos en Cataluña y portavoz nacional, Inés Arrimadas, el exvicepresidente de Sociedad Civil Catalana Joaquim Coll y miembros del catalanismo moderado, entre otros.

Durante su intervención, Valls ha opinado que existe una "coincidencia política y táctica" entre el "nacionalismo radical" liderado por Torra y el "populismo municipal" con el mandato de Colau, un nacionalismo y un populismo que, según el candidato, son un "peligro para la democracia".

El aspirante independiente a la alcaldía de Barcelona ha culpado tanto a Torra como a Colau de la "deriva" de una Barcelona al "borde del precipicio".

Según Valls, Barcelona se encuentra en una situación de "deterioro" debido a la mala gestión, a la "incapacidad" y a la "irresponsabilidad" del gobierno de la alcaldesa Colau así como por el proceso independentista, que tiene la "fantasía de convertirla en capital de una república imaginaria".

Por ello, ha hecho un llamamiento a "parar la deriva de Barcelona hacia el populismo, hacia la mediocridad, hacia la irrelevancia...En definitiva, hacia el precipicio", con una candidatura transversal -la suya- para cambiar el "rumbo que ha perdido" la capital catalana.

"Todavía estamos a tiempo", ha asegurado, antes de advertir: "Tenemos que alejarnos de la pesadilla y del precipicio para acercarnos al sueño".

Tras las acciones de los CDR de los últimos días, ha advertido a los que quieren "líneas rojas" frente a la extrema derecha de que "también hay que establecer aquí líneas rojas a la violencia", y ha recordado el escrache que sufrió la semana pasada durante un acto en el barrio del Raval.

"Hemos tenido que sufrir el acoso de la intolerancia de unas minorías muy radicalizadas, de personas que no quieren escuchar las razones de los demás. Estas minorías son un insulto al civismo tan propio de Barcelona. Son una agresión a la imagen de tolerancia y respeto que ha caracterizado nuestra ciudad", ha espetado.

Ha defendido recuperar el uso "respetuoso" del espacio público que "de ninguna manera puede ser ocupado de una manera partidista", y ha advertido de que los primeros que "tienen la responsabilidad" de respetarlo son las propias autoridades.

"No hemos de tener complejos en la defensa del espacio de todos. Esto es democracia", ha subrayado

Además, ha criticado a aquellos políticos que fomentan la división y "menosprecian las prácticas democráticas", y ha reivindicado por contra una Barcelona que sea ejemplo de "civismo y tolerancia".