La intensa escalada en la exigencia política de Ciudadanos en sólo diez días, que le llevó a romper el pacto de investidura con el PSOE en Andalucía, ha dado paso a una calma tensa en la comunidad, donde todos esperan el anuncio de un adelanto electoral de Susana Díaz que de momento no llega.

El escenario en Andalucía, una vez que la presidenta ya no cuenta con el respaldo que Cs le ha dado año tras año desde 2015, parece conducir a la convocatoria por adelantado de los comicios, cita para la que todos los partidos aseguran estar ya "preparados".

La otra opción, prorrogar las cuentas autonómicas y agotar la legislatura, con las elecciones en marzo, dejaría a Díaz en mayoría simple en el Parlamento durante meses, con la oposición pensando en los comicios, por lo que sería difícil sacar adelante iniciativas.

Aunque Díaz elude hablar de un adelanto electoral, tampoco lo niega y el PSOE se ve "fuerte y sólido" para afrontar los comicios.

"Cuando no se pueda hacer todo lo que hay que hacer habrá que convocar", ha dicho la presidenta, abriendo la puerta más que nunca al adelanto aunque, eso sí, cuando sea imposible poner en marcha las medidas de su Gobierno y "no cuando crea (Albert) Rivera".

Las fechas que los grupos parlamentarios manejan apuntan al 25 de noviembre y al 2 de diciembre, por lo que Díaz tendría que disolver el Parlamento, como muy tarde, a final de este mes, ya que se deben convocar las elecciones con 54 días de antelación.

Otra fecha, menos probable, es el 18 de noviembre, aunque eso conllevaría no celebrar el pleno de final de septiembre (26-27), en el que previsiblemente se debatirá y aprobará, con consenso de los grupos, la Ley de Igualdad, que Díaz considera clave.

Díaz también quiere evitar que el debate andaluz quede diluido en el nacional, sobre todo con el foco mediático que supone Cataluña, por lo que busca unas elecciones "con acento andaluz", lo que en la práctica significa que las autonómicas y generales no coincidan, algo que sí podría pasar en marzo si hay problemas con los PGE.

La situación actual no ha cogido desprevenido a ningún partido, ya que antes de verano todos veían tan probable un escenario de crispación como el actual que partidos como Ciudadanos o Podemos e IU (en la confluencia Adelante Andalucía) aceleraron sus procesos orgánicos para elegir al candidato a presidir la Junta.

A mediados de julio, después de tres años cómodos para el PSOE en el Gobierno, Albert Rivera e Inés Arrimadas ya aprovecharon la reelección de Juan Marín como líder autonómico, en unas primarias exprés de una semana, para avanzar que su partido se iba a "volcar" en Andalucía para "echar" al PSOE y a Díaz del Gobierno.

La vuelta de vacaciones precipitó los hechos, en diez días Marín pasó de anunciar la supresión de los aforamientos como "línea roja" para los presupuestos a proponer a la dirección nacional de su partido la ruptura del pacto, aprobada el pasado viernes.

Esta decisión, según los socialistas, aleja la estabilidad política e institucional, convierte a Ciudadanos en un "factor de inestabilidad" y "aboca" a unas elecciones anticipadas.

Por su parte, Juan Marín niega que la ruptura del pacto suponga inestabilidad en la comunidad y culpa al PSOE de buscar una excusa, al no cumplir las medidas de regeneración democrática incluidas en el pacto de investidura, para adelantar las elecciones.

PP, Podemos e IU no se creen nada y consideran que esta ruptura estaba ya pactada y forma parte de un espectáculo porque a ambos les interesan los comicios, a Díaz por el efecto de las medidas de Pedro Sánchez en el Gobierno y a Ciudadanos para que Rivera pueda medir fuerzas por primera vez con el líder del PP, Pablo Casado.

Los populares, aunque garantizan que tienen la maquinaria engrasada y que están preparados, demuestran no querer elecciones anticipadas ofreciendo a Díaz alcanzar un "acuerdo de mínimos" en los presupuestos para que los comicios sean el próximo año.

Sin embargo, esperan contar con el "efecto Casado", recuperando la ilusión perdida en una parte de su electorado, que le ayudaría a hacer frente a la subida de Ciudadanos que reflejan las encuestas.

En el otro lado están Podemos e IU, cuya confluencia "Adelante Andalucía" presentará como candidata a la Junta a la líder de la formación morada, Teresa Rodríguez, algo que se oficializará el 2 de octubre, por lo que también llegarán preparados a la cita.

La confluencia aspira a "robar" al PSOE los votos de izquierda basándose en su legislatura junto a Ciudadanos, a los que sitúan en la "extrema derecha".