Quim Torra ha prometido hoy su cargo como presidente catalán "con fidelidad al pueblo de Cataluña", desde el Saló Verge de Montserrat del Palau de la Generalitat, en un acto atípico, desprovisto de la liturgia habitual, sin representantes del Gobierno y sin menciones a la Constitución ni al Rey.

El acto, de apenas tres minutos y que según había recalcado la Generalitat en un comunicado se enmarcaba "en la estricta legalidad catalana", se ha iniciado con la lectura del decreto de nombramiento a cargo del secretario del Govern, Víctor Cullell, y a continuación Torra, que lucía un lazo amarillo en la solapa, ha prometido el cargo sin mencionar ni la Constitución ni al Rey.

En presencia del presidente del Parlament, Roger Torrent, y de varios de sus familiares, Torra ha afirmado: "Prometo cumplir lealmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat, con fidelidad al pueblo de Cataluña, representado por el Parlamento de Cataluña", ha señalado, ante una escenografía sobria y con la ''senyera'' como única bandera de fondo.

Después de prometer el cargo, ha saludado a Torrent y a Cullell, sin que nadie le haya impuesto el tradicional medallón que distingue a los presidentes de la Generalitat en la toma de posesión.

El medallón ha quedado encima de la mesa que presidía el salón, en un gesto simbólico de Torra para subrayar la excepcionalidad del momento, ya que sigue considerando que el "president legítimo" es Carles Puigdemont, cesado por aplicación del artículo 155 de la Constitución y ahora en Berlín, pendiente de si es extraditado o no.

En el Saló Verge de Montserrat, de dimensiones más reducidas que el Salón de Sant Jordi donde anteriormente se habían celebrado las tomas de posesión, no había representantes del Gobierno ni apenas invitados.

El Gobierno no ha asistido al considerar que desde la Generalitat se le ha intentado "imponer el nivel de la delegación gubernamental, cosa que no ha aceptado", según fuentes del Ejecutivo.

Así, solo estaban en el salón Torrent, Cullell, varios mossos d''esquadra con uniforme de gala y familiares del nuevo presidente catalán, a los que Torra ha abrazado nada más tomar posesión: su mujer, sus hijos, su madre y sus hermanos.

Torra, que ha llegado al Saló Verge de Montserrat junto con Torrent y Cullell procedente de una de las salas contiguas a la capilla del Palau de la Generalitat, ha prometido el cargo con la fórmula usada en 2016, pero en aquel caso la pregunta la leyó la entonces presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y Puigdemont respondió afirmativamente, algo que no ha sucedido hoy, porque el enunciado lo ha pronunciado solo el nuevo president.

Tampoco ha habido discursos, lo que ha acortado el acto a apenas tres minutos, una ceremonia con poca expectación en la plaza Sant Jaume ya que, a diferencia de anteriores ocasiones, ninguna entidad o partido había convocado movilización.