El charrán es un ave de complexión ligera, pico puntiagudo y patas cortas, y tiene por regla general una coloración negra en la cabeza. Habita ocasionalmente en el litoral mediterráneo durante los meses templados del año, pero hoy se ha dejado caer por el congreso nacional del PP en una fría tarde de invierno.

En un partido como el PP de Mariano Rajoy, donde sólo el cambio es más improbable que la expectativa del cambio, alterar el logo viene a ser algo así como un acontecimiento planetario.

Están las enmiendas contra la acumulación de cargos de María Dolores de Cospedal y genera cierta inquietud la gestación subrogada, y sí, el PP saldrá de su XVIII congreso con ideas renovadas, con postulados rehechos y con su convicción por el diálogo reafirmada...

Pero también con nuevo logo. O bueno, mejor dicho: con el mismo logo pero con distinta ave. Adiós, gaviota, adiós.

La culpa de que el charrán haya puesto nido en la Caja Mágica en un día de esos en los que el frío se clava en los pies la tiene Fernando Martínez Vidal, quien ha logrado que se le acepte una enmienda para que en la detallada descripción del logo, incluida en los estatutos, se mencione el ave que verdaderamente es: bienvenido, charrán.

Luego se añadirá en el texto definitivo de la ponencia una puntualización: "Comúnmente conocido como gaviota".

Pero no es así. Y aquí empiezan las lecciones de ornitología.

Aunque el charrán y la gaviota pertenecen a la misma familia de aves, las laridae, el primero es más pequeño y come peces, de ahí su vuelo bajo. Algunas especies de gaviota son carroñeras, alzan muy alto su vuelo y son más grandes.

Preguntados una docena de dirigentes del PP por las diferencias, tres han reconocido no tener ni idea, seis han aprobado de milagro porque han acertado que la gaviota es carroñera y sólo uno ha sacado nota alta. Ese uno ha permitido que se le cite, es el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo.

Esta historia del charrán en el logotipo del PP ya es en sí misma una lección de ornitología. Cuenta un veterano dirigente que a Manuel Fraga le gustó tanto ver una gaviota en el símbolo que ahí anidó para siempre, hasta que en las reformas del logo se le estiraron las alas al animal para parecerse a un albatros.

El pájaro encoge ahora de nuevo y se convierte en un charrán, y así el PP puede decir que comparte el mismo animal que la entidad Birdlife tiene en su logotipo.

No se sabe en qué lugar de la pista Arantxa Sánchez Vicario, con capacidad para 3.000 personas, habrá puesto el nido esta ave. Lo que verá el fin de semana no será un partido de tenis del Mutua Open de Madrid, sino el congreso del PP.

Los populares comenzaron el pasado día 2 a preparar logísticamente un cónclave de escenario inédito. Se encontraron con tres pistas de tenis con aforo entre 2.500 y más de 12.000 personas, y con una nave diáfana de espacio vacío.

Hoy, dos de esas pistas (menos la grande) están copadas por el PP, así como el resto de las instalaciones, que tuvieron casi que urbanizar con centenares de paneles (con el logo del charrán en algunos) para delimitar pasillos y otras salas de debate.

En el plenario, además, la producción ha dispuesto un "video wall" de más de 20 metros sobre el que se van viendo imágenes de diferentes ciudades, según el interlocutor. En esas imágenes ondean las banderas de España y circulan nubes, pero no se ven charranes.

El ave del logotipo del PP, este viernes, habrá visto llegar a Mariano Rajoy entre aplausos y selfis, y a María Dolores de Cospedal reconocer que el partido, contra la corrupción, a veces ha actuado tarde; también habrá visto a señores menos conocidos desgranar sus informes jurídicos y contables.

Si entonces se hubiera dormido, seguro que Esteban González Pons le despertó con su apasionada defensa de la democracia y sus implacables ataques al populismo, y le habrá despabilado del todo Rafael Hernando con su invectiva a Podemos y su mención mordaz al "niño" Errejón.

Mañana se reanudará el congreso, y como siga este frío, no es de descartable que el charrán se vuelva a su hábitat de estas alturas de año: de las zonas ecuatoriales hacia el sur, buscando calor.

O que se quede para siempre en el logo del PP, no sea que vuelva la gaviota, el albatros o se plante un cormorán.