La de María es una de esas historias que preferiríamos no tener que contar, pero que tristemente se están repitiendo por toda España. Tenía 78 años e ingresó hace diez días en un hospital de Barcelona con una gastroenteritis aguda, lo que no hacía presagiar, al menos en principio, que tenía coronavirus. Su estado mejoró rápidamente y no se le hicieron las pruebas, pero poco después empeoró drásticamente.

Cuando le hicieron las pruebas ya era tarde: le quedaban dos horas de vida y había dado positivo en coronavirus. María murió poco después, sin misa y sin velatorio. Su familia no pudo despedirse de ella y ahora están todos aislados en cuarentena.

Ana Belén también está desesperada. Está encerrada en su casa con sus dos hijos pequeños. Los tres están contagiados de coronavirus, al menos eso les han diagnosticado por teléfono sin hacerles pruebas a ninguno. Le han dado unas pautas a seguir, pero para ella, asegura, son imposibles: Eestar en una habitación aislada, tengo que estar en comunicación con el resto de la familia por intercomunicador, tengo que tener un cuarto de baño para mi sola. Unas medidas de higiene y seguridad imposibles para una madre que está con dos críos sola en casa".