Angel Pardo es el único que tiene enchufe en el garaje comunitario y, en cierto modo es el pionero de la finca. Habrá más como él. Hace unos años dio un giro a su movilidad tras jubilarse y, como dice, "con el coche eléctrico una vez te decides, no hay vuelta atrás, como en muchas cosas en la vida. Te cuesta dar el paso, pero una vez lo das piensas que podrías haberlo hecho antes".

¿Cuándo dio ese paso?

Cuando me jubilé. Yo era de tener coche grande. Siempre. Empecé con un 600 pero rápidamente, en seis meses, pasé a un Seat 124, luego vinieron un GS que era muy moderno y siempre me ha gustado ir un poco avanzado en tecnología, tuve tres Sierra, un Honda Accord, algunos Audi, un 80, algún A6 y mi último coche de combustión fue un Audi A4.

¿A qué vino ese salto?

Quise hacer un cambio total y dejé incluso de tener coche. Pensé que no le daría más uso que para ir a supermercado, que está a la vuelta de la esquina. Dije, no necesito coche. Pero llegaron nuevas necesidades, que si «¿papá te importa ir a recoger los niños al colegio?», claro vas pero en taxi, fueron saliendo cosas. Entonces te lo planteas. Además, mi hijo ya tenía un coche eléctrico por lo que al menos ya conocía el tema.

Vamos, que lo vio claro

Sí. Valoré las necesidades. Nunca hago recorridos largos, unos 30 kilómetros diarios y si quieres viajar (cuando se podía y espero que pronto otra vez) o bien usas un tren, un avión o hasta alquilas un coche. Salió la oportunidad del Smart y lo compré.

¿Porqué un Smart?

Hace tres años tampoco había mucha oferta. O te ibas a un Tesla o te quedabas con uno como el Smart. No como ahora. Pero era el coche que se ajustaba a lo que necesitaba. No quería un coche grande.

¿Y está contento?

Muchísimo. Sólo he tenido dos problemillas tontos que me los han solucionado rápidamente. Son cosas que le puede pasar a cualquier coche. Salvo eso, se trata de un coche que te da muchísima tranquilidad porque no sufre averías ni tienes que preocuparte por muchas cosas que antes debías tener en cuenta. Piezas de desgaste y frenos, y poco más.

¿Cree que la gente tiene miedo al coche eléctrico?

La gente debe tener claro que va en un vehículo eléctrico. He cambiado mi manera de conducir, pero no por el estilo que eso también va con la edad, sino en ir pendiente de otras cosas. Al principio te atrapa la ansiedad de «¿y si me quedo sin batería?», vas pendiente de lo que te queda de carga, pero luego con el uso diario coges unos hábitos que rápidamente hacen que desaparezca ese ‘miedo’. Nunca me he quedado sin batería. Porque mis trayectos no son largos. Siempre llegas. Hace unos 120 kilómetros y es más que suficiente para mí.

¿Ha aprendido cosas?

Pues sí. Aprendes a localizar puntos de recarga y a planificarte si es necesario, usas aplicaciones que te indican dónde están y todo eso. Pero creo que el aprendizaje es muy fácil. Además, es un coche que tiene las mismas prestaciones que uno no eléctrico, y si en autopista tienes que adelantar a más de 120 km/h puede hacerlo sin problemas. Además, me da mucha sensación de seguridad. Y como venía de coches de cambio automático, ese tema tampoco me preocupaba.

¿La gratuidad de la zona azul es una buena ventaja?

Por supuesto. De todos los pueblos del Baix Llobregat, por donde me muevo, solo se paga en Esplugues. En el resto y en Barcelona es gratuito. Con la aplicación es muy sencillo. Tampoco pagas impuesto de circulación, y en el seguro del coche también tienes ventajas. Hay que aprovechar las promociones.

¿Ve futuro al coche eléctrico?

Total. Yo jamás volvería a un coche de gasolina. Creo que en dos años todo cambiará muchísimo en este tema, será un cambio radical. Luego toda la movilidad será eléctrica, estoy convencido. Y cuando vengan los chinos directamente, más aún. Toda la industria está en ese punto.

¿Mejoraría cosas?

Sí, en cosas como el sonido, el ruido. Ahora los nuevos coches ya lo llevan pero en los que son como el mío son tan silencioso, a veces puede ser un riesgo para personas bicis y demás, porque el coche no se oye.

¿Que piensa de la recarga en puntos públicos?

Es cierto que cada vez hay más y que no todos funcionan. Alguna vez he tenido problemas para cargar. Uso los municipales y la verdad es que algunas veces fallan, pero básicamente por la propia dejadez de los usuarios que los maltratan y un mantenimiento deficiente.