Un repaso por Internet y por los diferentes modelos de sillas eléctricas, coches adaptados y otros medios que necesitan los lesionados para normalizar su vida arroja cifras que apenas puede cubrir los 60.000 euros de indemnización que prevé el baremo vigente.

Porque, además, a esos gastos habría que añadir los de la adaptación de la vivienda a su minusvalía.

Solo un coche adaptado tiene un coste mínimo de 30.000 euros y una silla eléctrica puede oscilar entre los 1.000 y los 3.000 euros.

La asociación de víctimas de tráfico DIA ha promovido una campaña para que se reforme el actual baremo de indemnizaciones en siniestros al volante. s Su objetivo es superar esos 60.000 euros para los lesionados más graves.

DIA considera que el actual baremo resulta insuficiente y deja en situación de vulnerabilidad a quienes requieran gastos mayores, como vehículos adaptados o desplazamientos constantes en transporte público, como taxis.

Ronis, como cualquier persona, necesita salir de casa. Entre otras cosas, para acudir a rehabilitación y a citas médicas, a las que se desplaza acompañado de Merlín, su esposa, de 29 años, y de un ayudante. Entre los dos cargan a Ronis en brazos y lo suben a un taxi, que como media le cuesta entre 25 y 30 euros por trayecto.

En conversación con Efe, Merlín, de nacionalidad española, recuerda con precisión el día en el que cambiaron los planes de una pareja con apenas dos años de matrimonio. A partir de esa fecha, la vida de Merlín es permanecer "atada al pie de él", un hondureño de 31 años que aún está a la espera de que le concedan la ciudadanía.

Tras más de año y medio ingresado en hospitales, el pasado mes de enero la pareja pudo regresar a casa. Lejos ya de la atención médica, empezaron las dificultades en sus intentos por llevar una vida normal.

"No habla, no come, lo tienes que mover, tienes que estar pendiente todo el tiempo" porque se pasa las 24 horas de día "de la cama a la silla y de la silla a la cama", relata por teléfono Merlín a Efe en mitad de una nueva jornada de cuidados a su marido.

Según Merlín, desde el accidente su marido no ha recibido indemnización ni compensación suficiente que "le deje en una posición (económica) relativamente igual a la que tenía" en el momento del siniestro.

En este sentido, el presidente de la asociación DIA, Francisco Canes, indica a Efe que el artículo 119 del baremo que regula las indemnizaciones es "más que injusto" porque hace "caso omiso a la restitución integral de los daños".

Así, Canes propone que el límite de ayuda ascienda hasta los 150.000 euros o los 180.000 a fin de poder "resarcir", por ejemplo, a jóvenes que "aunque hayan quedado tetrapléjicos, tienen toda una vida por delante".

Francisco Canes explica que algunas víctimas tienen la necesidad de desplazarse en vehículos adaptados. El más básico, añade el presidente de DIA, tiene un coste de entre 30.000 y 35.000 euros cada diez años, por lo que en dos décadas "se habría agotado el resarcimiento de los gastos futuros".

Otras víctimas que han sufrido daños cerebrales y no pueden conducir, tienen que desplazarse en taxi y, tal y como subraya Canes, a sus propios gastos de movilidad habría que sumar los costes de su acompañamiento, ya sea de familiares o de personal sanitario.

Son labores inherentes y que, por tanto, deberían incluirse en la indemnización, a juicio de DIA.

Esta asociación quiere presentar en el Congreso de los Diputados su iniciativa para reformar el artículo 119 de la ley que reformó el sistema para la valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación.

De momento, y a la espera de que se constituyan las nuevas Cortes, la propuesta de DIA ya cuenta con algún apoyo, como el de la Asociación Nacional de Abogados de Víctimas de Accidentes y Responsabilidad Civil (ANAVA-RC).

Su presidente, Manuel Castellanos, lo tiene claro y asegura que la existencia de un límite económico para reparar los daños "colisiona con el espíritu" del propio baremo, que pregona compensarlos en su totalidad.

Castellanos insiste en que los abogados de las víctimas están en contra de cualquier tope de dinero y se muestra partidario de que en cada caso se indemnice según las lesiones acreditadas por el afectado para garantizarle una vida como la que tenía antes del accidente.