El Niño alimenta el mito del surtidor de la suerte

La Chasnera reparte cuatro décimos del tercero y uno del segundo, manteniendo su estatus de gasolinera de la fortuna

Celebración en La Chasnera, donde se ha vendido el Tercer Premio de la Lotería del Niño

Arturo Jiménez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Santa Cruz de Tenerife

El surtidor de la suerte lo ha vuelto a hacer. El Sorteo del Niño, este seis de enero, ha alimentado el mito de la gasolinera de la fortuna, el punto de Canarias que reparte más fortuna cada año, la gasolinera de La Chasnera, en Granadilla de Abona, al sur de Tenerife.  

Como ya es habitual cada día de Reyes, el gerente de La Chasnera, José Ángel González, se levantó a primera hora de la mañana con sus hijos para ver qué habían dejado Sus Majestades bajo el árbol. «Los niños son bastante madrugadores», explica González, que asegura que poco después y aun con el roscón en el gaznate, decidió acudir a su puesto de trabajo. 

Allí, a pocos minutos del comienzo del sorteo, todos los trabajadores miraban a la televisión expectantes. No es la primera vez que reparten suerte, pero cada vez que existe esa posibilidad, los nervios se apoderan de hasta el más veterano. Cuando los niños de San Ildefonso sacan el primer premio gordo, el tercero, estallan en felicidad. Ni más ni menos que cuatro décimos del 66777 se repartieron desde el surtidor de la suerte. 

Más de 175.000 euros en premios

La alegría no tarda en llegar de nuevo. Menos de cinco minutos después, los bombos vuelven a dar otra sorpresa: el 06766 también ha salido de las máquinas del surtidor. Entre vítores y abrazos de júbilo, los trabajadores de La Chasnera celebran este nuevo hito para este punto de venta, pues ha repartido más de 175.000 euros en premio. Un acontecimiento que alimenta un año más el mito de la gasolinera de la suerte que tantas alegrías les ha proporcionado a lo largo de la última década. 

«Estamos contentísimos», explica José Ángel González, que ha contagiado su alegría al resto del equipo. Han sido varios meses de trabajo a destajo para mantener la ilusión de los sorteos navideños para todos los canarios. No ha sido fácil. «Son meses en los que hay que estar muy pendiente», insiste el gerente de La Chasnera, que asegura que durante el mes de diciembre y hasta el día de Reyes es cuando se acumula más trabajo. Agotados pero felices por el resultado, las trabajadoras de la gasolinera se arremolinan junto a los dueños y amigos que han decidido acudir a la celebración. Esta vez, sin ganadores alrededor. «Cada año vienen menos, del Sorteo de Navidad no nos acompañó ningún ganador», recuerda González, que estima que quienes son agraciados con los premios gordos en estos sorteos tradicionales mantienen ahora un perfil más bajo y «privado». 

Antes siquiera de que la delegación de Loterías y Apuestas del Estado llegue a Granadilla de Abona con el cartelito que corrobora que dos de los premios del sorteo del Niño han caído ahí, los dueños ya tienen preparado su propio cartón pluma que emula un décimo gigante con el número premiado y que reza: «La Gasolinera de la Suerte». Con champán y mucho entusiasmo, los trabajadores brindan un año más por los logros de una temporada dura pero gratificante. 

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