La caca de paloma que vaticinó el segundo premio de la Lotería del Niño en Los Realejos: "Sabía que traería suerte"

La Administración familiar, que lleva casi medio siglo repartiendo suerte, celebra entre amigos y allegados la emocionante noticia de haber vendido un décimo del 06766

Celebración en Los Realejos tras repartir suerte y dinero con el Sorteo del Niño

María Pisaca

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Los Realejos

Cuando los niños de San Ildefonso empezaron a cantar el 06766, la administradora realejera María Victoria González de Chaves estaba en pijama y tendiendo la ropa. Después de una mañana de Reyes de lo más tranquila –había encontrado tiempo incluso para ir a Puerto de la Cruz a comprar churros–, González no se esperaba tener que salir corriendo de casa para abrir de nuevo la Administración ubicada a la entrada Los Realejos.

Desde el interior de la pequeña venta, se pone a ordenar papeles y buscar si el número aparece en el registro. No hay ni rastro de él. "Lo hemos dado con la máquina", deduce. Y mientras espera la llamada de la Delegación de Loterías y Apuestas del Estado en Santa Cruz de Tenerife, trata de salir del estado de shock. "Es que no me lo esperaba", vuelve a señalar. 

Ha vendido un décimo del segundo premio del Sorteo del Niño, que contempla un premio a la serie de 750.000 euros. Es decir, su cliente ha ganado 75.000 euros. "Lo que a mí me pone chiflada de alegría es dar premios", admite la mujer, que ya va para 27 años trabajando en la Administración número 2 de Los Realejos, ubicada en los bajos del Edificio Luisiana. A lo largo de la mañana amigos y familiares se van acercando al recinto. Los primeros lo hacen con algo de timidez. "¿El segundo fue aquí?", pregunta Mari Pérez, la lotera de confianza de González, que lleva más de veinte años colaborando con ella. Las dos se funden en un abrazo en el momento en el que le confirma la noticia. "Me alegro un montón", sentencia la lotera.

"¡Ay...la cagada de la paloma!", le recuerda Pérez entre risas. "Sabía que traería suerte", sugiere con gracia la administradora. Y es que el día anterior, al cruzar el paso de peatón que conecta la Administración con la otra calle, una de estas aves decidió hacer de vientre en el hombro de la lotera. Lejos de tomárselo a mal, ambas bromearon sobre si esta creencia popular tendría algún recorrido y hoy, ese mito ha tomado forma.

La Administración 2 de Los Realejos abrió sus puertas en 1976, de mano de la madre de María Victoria González. "Ella dio muchos premios", rememora. González cogió el testigo en 1998, justo después de que nacieran sus dos hijos, que ya tienen 30 y 33 años. Lo de dar suerte es cosa de familia, pues la tradición lotera de María Victoria González se extiende por otras administraciones, como la que se encuentra apenas a unos metros de distancia: El Gato Negro. "Ellos son familiares míos también", admite. 

El Día de Reyes es uno de sus días favoritos del año. Quizás por eso no puede parar de sonreír. "Aunque mis hijos son mayores, me gusta seguir manteniendo la ilusión", insiste la mujer, que hoy ha recibido de parte de Sus Majestades ropa, zapatos, libros –muchos, porque le encanta leer–, perfumes y dos días de espada en un "hotelazo" del sur de Tenerife. "Se han portado de lujo", insiste. González ha pasado el día entre amigos y familiares, bebiendo cava y celebrando una de los mayores placeres de regentar una administración: repartir ilusión.

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