Aulas masificadas, falta de ventilación, ausencia de docentes, ningún servicio y tener que seguir las clases a través de una pantalla son algunas de las consecuencias que para los estudiantes de Enfermería tiene el matricularse en la Escuela Universitaria palmera, dependiente de la Universidad de La Laguna. Estas denuncias son constantes durante la última década, sin que hasta ahora hayan tenido respuesta definitiva, como denuncia la estudiante de tercer curso, Lidia Cobos.
Ella, procedente de Tenerife, «como la gran mayoría de los estudiantes» que cursan este Grado en La Palma, reclama que su estudio «en teoría es presencial, pero no contamos con profesores para recibir las clases; todo es telemático», lamenta.
En ese sentido, Lidia destaca que «nosotros asistimos a clase, pero las vemos en una pantalla con una señal que llega desde Tenerife», que habitualmente sufre fallos de conexión a internet y se quedan sin poder presenciar las lecciones que imparte el profesorado.
Eso provoca que «no tengamos feedback con los profesores, ya que para comunicarnos con ellos usamos micrófonos que normalmente tampoco funcionan», denuncia la estudiante.
También reclaman la falta de servicios habituales de la Universidad, cuando el coste de la matrícula es el mismo que para cualquier estudiante que cursa sus estudios en Tenerife.
Por eso, denuncian que «no tenemos igualdad de condiciones que el resto del alumnado».
Ante estas quejas, la habitual respuesta es que «tengamos paciencia y que somos nosotros los que hemos elegido estar en La Palma», pero mientras tanto es habitual suspender las clases sin avisar previamente al alumnado y sin que se adopten soluciones. «Yo llevo tres años de carrera y es así constantemente», hace hincapié Lidia.
