Se trata de un cultivo histórico para la zona sur de la Isla, generador de economía y que en las últimas décadas ha venido sufriendo un importante retroceso, como consecuencia de la progresiva despoblación de las zonas rurales, así como también por la falta de relevo generacional 

El Ayuntamiento de Fuencaliente ha hecho público el documento elaborado para proteger, potenciar y recuperar el cultivo de la variedad de uva Malvasía en los terrenos históricos de Las Machuqueras y Llanos Negros. El acto de presentación del documento, elaborado por el técnico en Ciencias Ambientales por la Universidad de Granada, Jesús Álvarez, contó con la participación de representantes de las bodegas del municipio y del Consejo Regulador de Vinos, además de la técnica de la Reserva Mundial de la Biosfera, Nieves Yánez.

El alcalde del municipio, Gregorio Alonso, defendió el interés por recuperar esta variedad de viña, ya que en los espacios de actuación se ha perdido más del 80% de las cepas y en las zonas altas ha desaparecido totalmente.

El proyecto, que cuenta con financiación europea, permite marcar una hoja de ruta para agricultores, bodegas y administraciones que permita recuperar y obtener un mayor aprovechamiento de esta variedad de uva. Gregorio Alonso destaca que el proyecto plantea acciones de resiembra y rescate de parcelas con el compromiso de su mantenimiento. En ese sentido destacó que por su calidad, la Malvasía de Fuencaliente alcanza unos altos precios en el mercado, subrayando que «la viña tiene futuro si seguimos trabajando en los proyectos y en las directrices marcadas por este plan».

Por su parte, el técnico encargado del plan reseñó las fortalezas y debilidades del sector, aportando iniciativas que permitan al agricultor un mayor aprovechamiento del terreno y de los recursos.

Se refirió a que la Malvasía es una seña de identidad de Fuencaliente, pero se lamentó que por problemas asociados a la despoblación rural y al escaso relevo generacional haya disminuido el número de kilos y la superficie cultivada, además de afecciones de plagas y el cambio climático.

Los objetivos del trabajo son mejorar la situación actual de estas zonas, poner en valor el medio rural, paliar el problema de despoblación, a partir de conocer la realidad del cultivo y mejorar su rentabilidad. Destacó que es necesario mejorar el acceso a las parcelas y aumentar el compromiso de las administraciones. El plan también expresa la necesidad de aumentar la superficie de cultivo al objeto de favorecer la producción.

Asimismo, se refirió a que desde 1995 hasta el 2000 aumentó la producción, pero a partir de ahí descendió, pasando en la última década a una reducción del 50% en superficie cultivada y volumen de kilos. De esta manera, en 2014 fueron 330.000 kilos y la vendimia pasada sólo 60.000.

También lanzó propuestas a las bodegas y viticultores, requiriéndoles la necesidad de aumentar la tecnificación y profesionalizar el trabajo, con incorporación de maquinaria, el aumento de los precios de la uva para evitar la reconversión de cultivos, cooperación entre bodegas con intercambios de información y acciones conjuntas de mercado.