El que estaba siendo un paso de tormenta benévolo para el campo de La Palma se convirtió en la madrugada del domingo en un episodio negativo para, al menos, dos fincas de la costa de Puntallana, donde el viento provocó importantes daños en las plantaciones de plátanos y aguacates. Se estima que en dichas explotaciones de Nogales cayeron 500 plataneras, así como fruta que permanecía en los aguacateros, por las fuertes rachas provocadas por la tormenta tropical Hermine.

En el resto de la Isla las lluvias fueron bien recibidas y generaron importantes beneficios en espacios afectados por la sequía en los últimos años, con precipitaciones caídas sobre las huertas, pero que también contribuyen a reforzar el acuífero y los depósitos de los embalses. Las once balsas del Consejo Insular de Aguas de La Palma están, de media, a un 39% de su capacidad. Las aportaciones del fin de semana hacen que se aumente en 208.000 metros cúbicos el agua almacenada, lo que representa ocho puntos porcentuales menos que hace dos meses.

Tras la tormenta tropical, el promedio oscila entre el 90% de la balsa de Dos Pinos, en Los Llanos de Aridane, y el 20% de La Laguna de Barlovento, la más más grande de Canarias con láminas de impermeabilización. En concreto, La Laguna de Barlovento tiene 361.355 metros cúbicos y es la que más caudal acumula.

En las balsas de San Andrés y Sauces, Adeyahamen guarda 153.228 metros cúbicos; Bediesta, 109.060 metros cúbicos al 61%; Las Lomadas, 54.806 metros cúbicos al 56%, y Los Galguitos, 72.155 metros cúbicos al 65%.

Municipios como Villa de Mazo y Puntallana recogieron este fin de semana más de 500 litros por metro cuadrado, lo que supone casi la previsión anual de lluvias en esta parte de la Isla. Si las cuantiosas lluvias se hubiesen producido con la misma intensidad en el oeste de La Palma, invadido aún por ceniza y lapilli del volcán, hubiera generado las condiciones necesarias para que se produjeran escorrentías con mucho más daño del que se registró en el este.

El municipio más afectado por las precipitaciones fue Villa de Mazo, donde, además de sufrir escorrentías, derrumbes y cortes de luz, una avería en la red de abastecimiento de agua dejó a vecinos de varios barrios sin suministro. Desde la noche del domingo y toda la jornada de ayer, personal municipal trabajó para devolver el servicio a las zonas de La Sabina, Poleal, Pueblo y Callejones. La alcaldesa, Goretti Pérez, afirmó que hubo rotura de canalizaciones por la caída de muros.

En Puntallana, la estación meteorológica de La Galga marcó hasta 345 litros en el acumulado del fin de semana. Se registraron desplazamientos de tierra y piedras, que fueron solucionados a medida que se iban produciendo.

Breña Baja fue el municipio más afectado por los cortes de electricidad. En esta localidad, que alberga la Estación Generadora de Los Guinchos, única en la Isla, es donde más prolongado fueron las interrupciones de suministro eléctrico, que perjudicaron a los vecinos de San José y San Antonio, que recobraron la electricidad después de 24 horas. En dicho municipio, las escorrentías y barranqueras dejaron a muchos vecinos incomunicados durante la noche del domingo, sin poder tener acceso rodado a sus viviendas. Con el descenso de los niveles de precipitaciones y el empleo de maquinaria se consiguió abrir esos caminos. En Breña Alta se registraron desprendimientos en vías locales y de carácter insular, que fueron abiertas al tráfico rápidamente, gracias a la intervención de cuadrillas insulares, del consistorio y del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma.