Cáritas Diocesana de Tenerife presta ayuda y asesoramiento a casi 3.000 personas en La Palma un año después del inicio de la erupción del Tajogaite, una tragedia natural que afectó a más de 7.000 personas y destrozó más de 2.600 edificaciones y casi un centenar de kilómetros de carreteras.

Desde que se inició el proceso eruptivo, Cáritas Diocesana de Tenerife puso en marcha un ‘gabinete de crisis’ y una ‘Campaña de Emergencia y Solidaridad con la Isla’ que incluyó una serie de actuaciones urgentes y la planificación de acciones a medio y largo plazo. Doce meses más tarde, de aquella fecha, y a pesar de que la erupción como tal se dio por finalizada el 25 de diciembre, Cáritas Diocesana de Tenerife continúa atendiendo y acompañando a las personas afectadas, muchas de las cuales perdieron sus viviendas y medios de vida. En concreto, hasta el momento se han producido más de 2.600 atenciones y son ya 1.100 las familias y casi 3.000 las personas (entre ellas 620 menores) que han recibido algún tipo de ayuda de la entidad, gracias a las aportaciones recibidas en el marco de la campaña, apunta Cáritas en una nota.

Atención familiar

Muchas de estas familias son atendidas periódicamente y siguen siendo acompañadas actualmente por la institución, mientras que otras han acudido por primera vez debido a la falta de respuestas de las administraciones públicas o ante la insuficiencia de las ayudas recibidas.

Con las donaciones recibidas (6,6 millones de euros), Cáritas Diocesana de Tenerife ha invertido 2 millones de euros, fundamentalmente en ayudas al alquiler, atención básica y obras de reforma y compra de mobiliario a familias damnificadas de la erupción y en situación de vulnerabilidad.

De igual modo, se siguen concediendo ayudas de emergencia (entre ellas, gastos médicos o pagos de suministros) y se habilitaron y acondicionaron seis espacios parroquiales en varios municipios de la isla, realizando reformas de albañilería, pintura, equipamiento o mobiliario.

En ellos continúan reubicadas ocho familias que estaban en situación de exclusión residencial extrema, con quienes se lleva a cabo un proceso de intervención social continuado para la mejora de su bienestar y su inclusión sociolaboral. También se abrió una línea de apoyo para las familias más vulnerables, con desamparo económico, para la reconstrucción de viviendas en zonas afectadas por el volcán, en aquellos casos en los que las viviendas no están en condiciones de habitabilidad y necesitan ser reformadas.

Además, se continúa apoyando a familias damnificadas por las coladas del Tajogaite en la construcción de viviendas nuevas habituales, tanto en la compra de materiales como en gestiones necesarias para la habitabilidad, un apoyo económico que se otorga por unidad familiar.

En materia de Vivienda, la entidad eclesial sigue planificando e implementando acciones a medio y largo plazo, entre ellas la concesión de ayuda económicas para el apoyo en enseres, mobiliario y electrodomésticos de las viviendas que se vieron afectadas por las coladas del volcán Tajogaite, que aún no están en condiciones adecuadas de habitabilidad.

Igualmente, indica que se sigue dando respuesta en las necesidades propias de la emergencia, ofreciendo apoyo económico a personas afectadas por la erupción, a través de tarjetas de alimentación y tarjetas solidarias bancarias, para poder sufragar gastos básicos como gasolina o medicamentos. Además, durante los primeros meses de la erupción se entregaron mascarillas FFP3 y gafas protectoras en centros educativos e institutos de la comarca del Valle de Aridane.

Labores de acompañamiento

Cáritas Diocesana de Tenerife también sigue trabajando en coordinación con los equipos de trabajo que acompañan a las familias acogidas en los hoteles que se habilitaron, siendo la organización una de las entidades que nueve meses después de la finalización de la erupción continúan dando respuesta a las necesidades concretas de estas personas, para que puedan volver a su vivienda habitual. Desde la entidad también se da apoyo a los afectados de las zonas rurales en material laboral, ya que en la mayor parte de los casos han perdido sus herramientas y medios para poder recuperar sus fincas. Así, se sigue trabajando en materia de empleo, derivando a personas en situación de desempleo o ERTE, para ofrecerles un servicio de orientación y acompañamiento durante el proceso de reinserción laboral.

A todas estas actuaciones se han sumado en el último año tanto las religiosas Hijas de la Caridad como la Congregación de los Religiosos Camilos, que ofrecen acompañamiento emocional y orientación psicológica a personas damnificadas de la erupción. Concretamente se trata de un servicio del Centro de Humanización de la Salud, creado por esta Orden, que tiene por finalidad ayudar a las personas que pasan por una situación de sufrimiento o crisis en sus vidas (situación de duelo, personas con un familiar enfermo, soledad u otras situaciones difíciles).

El pulso del volcán