eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cruz Roja supera en un año las 10.000 intervenciones por el volcán

La organización da respuesta a las necesidades de la población afectada por el Tajogaite, donde la inseguridad habitacional, el aislamiento o la sobrecarga económica son sus retos

8

Reconstrucción de La Palma un año después e la erupción del volcán Andrés Gutiérrez

Más de 10.000 atenciones, en su mayoría a mujeres, más de 1.400 asistencias psicosociales, 11.500 limpiezas de cenizas enfocadas a la mitigación y reducción de riesgos en las viviendas de La Palma y 21 sesiones de ventilación emocional son algunas de las grandes cifras de atención de Cruz Roja durante la emergencia provocada por la erupción del Tajogaite.

Sin embargo, a esa ayuda urgente durante los primeros meses se le ha dado continuidad a través de un plan de recuperación a tres años en el que Cruz Roja viene trabajando desde todas sus áreas.

La cartera de proyectos de recuperación de Cruz Roja está centrada en favorecer la recuperación y la prosperidad de la población palmera que se vio afectada por la erupción, respondiendo a necesidades que continúan en constante evolución y que la organización ha detectado y plasmado en un árbol de problemas en el que trabajar. Y es que, a los efectos más conocidos, como la pérdida de vivienda, el desalojo temporal o la necesidad de cuidado psicosocial, se suman numerosos problemas que podrían pasar desapercibidos si no es porque Cruz Roja ha trabajado de manera continuada y personalizada con cada una de las personas usuarias, analizando en cada momento la situación y adaptando su respuesta.

Así, la organización humanitaria ha detectado problemas de aislamiento físico, social y emocional derivados de la menor relación con su entorno, la menor interacción con sus conocidos, la pérdida de contacto con sus animales o el desconocimiento de su nuevo entorno, lo que provoca desarraigo y pérdida de identidad. Del mismo modo, Cruz Roja ha visto en la pérdida de los medios de vida de la población palmera, por la pérdida de trabajo, disminución de los negocios o precariedad laboral anterior o como consecuencia de la emergencia, cómo los ingresos insuficientes y una inadecuada gestión financiera pueden tener también consecuencias psicológicas que van más allá de la dificultad de afrontar gastos y la sobrecarga económica que experimentan las familias afectadas.

Relacionado con ello, la necesidad de compartir vivienda para ahorrar costes, la inseguridad habitacional por estar en lugares con alquileres precarios, viviendas no adaptadas correctamente o el incremento de los precios de alquiler, provocan que el alojamiento de quienes no han podido regresar a sus casas también afecte de manera transversal a problemas económicos o psicológicos.

La interacción de todos estos problemas, además de limitar la recuperación, acaba repercutiendo sobre las personas mediante la aparición de emociones no agradables como el miedo, tristeza, vergüenza, soledad, nostalgia, fobia social, insomnio, o miedo al qué dirán que presentan los usuarios atendidos por Cruz Roja, y que, a su vez, afectan a una gestión inadecuada de su salud, lo cual deriva en un aumento del riesgo de enfermedades y el deterioro de la salud de la población afectada.

A su vez, desde Cruz Roja señalan que quienes son más vulnerables también se exponen a mayores situaciones de maltrato y violencia, ya que aparecen, resurgen o se agudizan conflictos, y la sobrecarga emocional de las personas también impide que se gestionen adecuadamente las emociones desagradables.

Para el desarrollo, la recuperación y la prosperidad de la población afectada, Cruz Roja también ha considerado esencial trabajar en aspectos como la mejora del clima familiar, el éxito escolar o el vínculo entre personas y colectivos.

A todo ello hay que sumarle los problemas estructurales que ya existían antes de la erupción o que se han incrementado en el último año, como el mercado laboral no inclusivo, la desigualdad por género, la inflación o la economía sumergida, entre otros.

Para contrarrestar todos estos efectos colaterales detectados por Cruz Roja como consecuencia de la erupción, la organización tiene en marcha toda una cartera de proyectos que responden a todas y cada una de las situaciones detectadas. Así, para cuidar de la salud mental, la atención especial de Cruz Roja Te Escucha – La Palma sigue en activo y con seguimiento a sus usuarios para favorecer la gestión adecuada de sus emociones y servir de ventilación emocional.

Del mismo modo, el cuidado de la salud se posiciona como prioridad, junto a la rehabilitación de viviendas que dignifiquen el espacio habitable y sus recursos y aporte seguridad a sus ocupantes. Y es que más allá de quienes lo perdieron todo bajo las coladas, los que pudieron regresar a sus casas se encontraron con importantes problemas estructurales, grietas o electrodomésticos inservibles debido a problemas eléctricos, ceniza u otros, que necesitaron del soporte de Cruz Roja.

De esta manera, garantizar la cobertura de necesidades básicas siempre ha sido la máxima con la que Cruz Roja desarrolla su primera atención. En esta fase de recuperación tras la emergencia, estas ayudas se traducen en múltiples opciones que van desde la disminución de las tensiones económicas, hasta el acceso a alimentos, que a su vez promocionan la alimentación consciente y saludable que evita los problemas de salud.

Para los colectivos más desfavorecidos, como los mayores o las mujeres, los proyectos de fortalecimiento de la red social para los primeros, o los de empoderamiento y autonomía para las segundas buscan no solo contrarrestar las consecuencias del volcán, sino revertir la situación social anterior de desventaja social, entre otros.

Compartir el artículo

stats