La Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) ha elaborado un proyecto para la recuperación de los suelos agrarios sepultados por la lava del volcán de Cumbre Vieja, en el que propone abancalar y dotar de infraestructuras a una superficie de 426 hectáreas.

En un comunicado, Asprocan señala que la ejecución de este proyecto "aseguraría la recuperación de los suelos para todos los propietarios afectados de forma compatible con el restablecimiento de la actividad agraria".

Especifica que la lava del volcán ha dejado sin viabilidad 340 hectáreas de cultivo, de las cuales 217 de plataneras, y ha dejado sin fuente de ingresos a más de 600 familias, aparte del empleo que genera y que se ha perdido.

Asprocan abunda en que la situación en el terreno "es compleja", ya que zonas de cultivo y de otros usos se entremezclaban desde la carretera de la zona de La Laguna, situada a 315 metros sobre el nivel del mar, hasta la costa.

Entre las de cultivo (340 hectáreas) y las de otros usos (86) suman aproximadamente 426 que "ahora mismo se ven inundadas por un malpaís sin utilidad alguna para los propietarios".

Esa complejidad, señala Asprocan, "parece haber impedido, hasta el momento, conocer una propuesta concreta para activar los suelos y dar un horizonte a las familias afectadas siete meses después de la finalización de la erupción".

Por eso, el sector platanero "trata de tomar la iniciativa" con la exposición de un plan urbanístico, que compartirá con los afectados y con todas las instituciones implicadas, y que tiene como objetivo "sentar las bases de un ordenamiento orientado a hacer compatible la activación plena de la zona de costa con la vuelta al cultivo del terreno ahora perdido".

La propuesta persigue la ordenación global de la superficie que se encuentra entre la carretera a Puerto Naos (LP-213) y la costa mediante el abancalamiento de la colada existente.

Es decir, la disposición de todo ese terreno en terrazas, tal y como ya es habitual en la zona, bajo unos criterios que permitan el diseño de infraestructuras públicas destinadas a mejorar la movilidad de toda la población, a la vez que dotar a todos los propietarios de una superficie de terreno válida para el desarrollo de la actividad que ya venían realizando previamente a la erupción.

Entre "las ventajas adicionales" que ofrece la ordenación y el abancalamiento, Asprocan destaca "un mayor aprovechamiento de la superficie, la adaptación global al terreno con una mayor integración visual al territorio, el diseño más eficiente de viales, bancales de cultivo e infraestructuras de servicio, y un menor coste global si se compara con el coste de recuperación individual por parte de cada uno de los propietarios".

Asimismo, plantea que un Plan de Interés Insular (PII) sería el mecanismo que permitiría compaginar ordenación y ejecución "en el menor tiempo posible".

El sector platanero iniciará un proceso de exposición del detalle de la iniciativa a los afectados, así como a las instituciones públicas implicadas, con el objetivo de impulsar "una propuesta concreta de actuación que logre combatir la falta de horizonte concreto al que actualmente se enfrentan los afectados".