Además de la pérdida de miles de viviendas y puestos de trabajo, lo que ha provocado la erupción es que un gran número de familias se encuentren aún en situación de emergencia social, presentando carencias esenciales que les dificulta el desarrollo de su día a día.
Esta grave situación cobra más importancia entre los menores del Valle de Aridane que vieron imposibilitada la asistencia a clases por los efectos del volcán e, incluso, experimentaron la pérdida de sus hogares, centros escolares y los correspondientes materiales de estudio que se encontraban en el interior de estas instalaciones. Entendiendo estas circunstancias excepcionales, Cruz Roja, a través de una importante donación de la Fundación Disa, ha repartido un total 47 dispositivos tecnológicos entre los niños, niñas y jóvenes afectados por la erupción volcánica.
Ya se han entregado 10 tablets y 27 portátiles.