Una fotografía del volcán de La Palma en plena erupción ha sido la ganadora del Torneo de la Tierra 2022 de la NASA, un galardón que se otorga cada año a las mejores fotografías de La Tierra tomadas desde el espacio. La fotografía ha sido la más votada por los internautas de las 32 imágenes nominadas, entre las que se encontraban instantáneas del movimiento de las dunas alrededor de Aorounga (al norte de la república africana de Chad), del paisaje de nubes sobre Sumatra (Indonesia) o las selvas tropicales sobre el mar rojo (océano Índico).
La imagen fue tomada en la madrugada del cuatro de octubre, cuando un astronauta a bordo de la Estación Espacial Internacional se percató que lo espectacular que se podía ver erupción desde el espacio y decidió fotografiarla. El ángulo oblicuo de la cámara proporciona una vista tridimensional de cómo se eleva la columna volcánica por encima de las nubes bajas. El penacho volcánico de La Palma fue monitorizado día a día por las instituciones científicas y que causó durante los tres meses que duró la erupción recurrentes problemas de conexión aérea con la isla.
En este torneo, se votan 32 imágenes divididas en cuatro grupos que hacen referencia a los cuatro elementos de la naturaleza: el fuego, el aire, la tierra y el agua. Los antiguos filósofos griegos, hindúes y budistas consideraban que el fuego, el aire, el agua y la tierra eran los bloques de construcción fundamentales del mundo natural. Hoy en día la ciencia moderna reconoce 118 elementos, sin embargo, para la NASA "el agua, el aire, la tierra y el fuego todavía nos ayudan a ver la belleza, el poder puro y la dinámica de nuestro planeta".
La erupción de La Palma ha batido en este torneo a las imágenes satelitales del sur de California bajo el humo de los intensos incendios que sufrió su arboleda de sequoias el 10 de septiembre de 2021 y el penacho volcánico fruto de la última erupción del Monte Etna en febrero de 2021.
Es la tercera vez que la belleza de Canarias gana este torneo en esta década, lo que ha sorprendido gratamente a la agencia americana.
En el primer certamen de este concurso, en 2013, los lectores eligieron la erupción submarina de El Hierro como la ganadora de la fotografía satelital. La captura realizada el 10 de febrero de 2012 mostraba cómo la erupción submarina -que había comenzado hacía justo cuatro meses antes- teñía las aguas de la costa sur de El Hierro, conocida como Mar de Las Calmas, de un azul aguamarina que contrastaba con la oscuridad imperante en el resto del océano. Se trataba del penacho volcánico del volcán Tagoro, cuya cumbre se encontraba a unos 120 metros en el fondo marino. Poco después los investigadores constataron que el volcán había crecido hasta una altitud máxima de unos 88 metros bajo el nivel del mar. En marzo acabó la fase eruptiva y comenzó la hidrotermal.
La mezcla de piroclastos, gases nocivos y lava causó una catástrofe ecológica en la zona durante la erupción, que acabó con toda la vida marina de uno de los ecosistemas más ricos de los alrededores de la Isla, durante seis meses. Diez años después el volcán herreño es una verdadera incubadora de vida que ha creado a partir de la nada un vasto ecosistema propio y único.
Un año más tarde, una curiosa imagen tomada el 15 de junio de 2013 en la que se podía visualizar al mismo tiempo el impacto de los rayos de sol, vientos y olas en Canarias (Trailing the Canaries ) ganó el campeonato de 2014 "de forma aplastante", según destaca la propia agencia espacial.
En la imagen, se puede ver cómo las colas onduladas en forma de manga de viento se extienden hacia el suroeste desde cada una de las islas. La Agencia estima que estos patrones pueden ser el resultado de vientos que endurecen o alisan la superficie del agua en diferentes lugares. Se trata de una mezcla de factores, entre los que influyen los vientos alisios (que provienen del noreste) que, al incidir en las Islas, crean una especie de sombra de viento que bloquea, ralentiza y redirige el flujo de aire. Ese viento, o la falta de él, acumula olas y agita el agua en algunos lugares y calma la superficie en otros, cambiando la forma en que se refleja la luz.
