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Crisis volcánica | Pasos hacia la recuperación

Un techo para Argensola tras el volcán de La Palma

Esta vecina de Todoque perdió su casa arrasada por las coladas del Tajogaite y ahora reclama una morada en la que afrontar sus últimos años de vida

Teodora Pérez González, conocida como Argensola la de Todoque, en una manifestación de afectados por el volcán. E.D.

Con 92 años, ‘Argensola la de Todoque’ perdió su vivienda en ese barrio, al igual que sus familiares. Ahora alterna de forma provisional su residencia en Los Llanos de Aridane, con uno de sus hijos, y en Tazacorte, con otra de sus hijas. Con un cartel en mano con la leyenda «Necesito una casa», se encargó de encabezar la última protesta que pretendía llamar la atención sobre su situación y la de muchos más vecinos del Valle.

La situación de cientos de familias del Valle de Aridane sigue estando al límite por la situación generada por la erupción volcánica, las pérdidas de infraestructuras y propiedades privadas, así como la lentitud en la llegada de ayudas solidarias que permanecen aún en las cuentas de las administraciones públicas. Una de esas afectadas, quizás la persona con mayor edad de las que perdieron su vivienda, es Teodora Pérez González.

Con 92 años y conocida como Argensola la de Todoque, perdió su vivienda en ese barrio, también sus familiares. Ahora alterna de forma provisional su residencia en Los Llanos de Aridane, con uno de sus hijos, y en Tazacorte, con otra de sus hijas.

Su caso se hizo público en la última manifestación de afectados que recorrió las calles de Los Llanos de Aridane. Ella, en su silla de ruedas y con un cartel en mano con la leyenda «Necesito una casa», se encargó de encabezar la protesta que pretendía llamar la atención sobre su situación y la de muchos más vecinos del Valle.

Argensola reconoce que se encuentra bien, pero insiste en que necesita descanso. «Mi cabeza y mi cuerpo necesitan descanso», se lamenta, para lo cual demanda poder acostarse en su propia cama: «Mi cuerpo necesita estar en una casita donde yo diga hoy cierro la puerta y me acuesto en mi cama, aunque sean tres días, lo que me quede de vida, pero la necesito».

Más de dos meses después, muchos vecinos del Valle viven aún en una situación provisional

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En este contexto, los afectados por la erupción del volcán de La Palma siguen demandando viviendas dignas para afrontar su futuro, y es que más de dos meses después de haber acabado la erupción, todavía hay muchas personas que se encuentran en una situación provisional para conseguir un hogar.

Ella dice sentirse fuerte de ánimos, «tenemos que seguir como se pueda», señala, y tras vivir el tercer volcán en su vida, califica al de Tajogaite como «el peor, ya que no tiene comparación con nada».

En este sentido reconoce que en un primer momento no fue consciente de lo que estaba ocurriendo, pero a medida que pasaba el tiempo se encontró cada vez peor. «Nos quedamos sin nada», refiere ante un proceso de reconstrucción del Valle de Aridane en el que las casas «no aparecen», ironizando con que «se la comieron los ratones».

«Ni las casas ni las ayudas» han llegado, «a unos sí y a otros no», explica, aunque ella sí ha recibido 2.500 euros, por lo que reclama que las ayudas solidarias que siguen en las cuentas de las instituciones públicas se hagan efectivas para quienes las necesiten.

Tras recordar todo el trabajo y el esfuerzo que le costó conseguir su casa, asegura con la voz de su experiencia que hay que ser conscientes de la actual realidad que se vive en el Valle de Aridane, en el que «la vida son los pies en el suelo y la cabeza sobre los hombros, y hay que pensar en lo que viene».

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