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ERUPCIÓN EN LA PALMA
Manuel Campo Vidal Presidente emérito de la Academia de las Ciencias y las artes de televisión de España

«La televisión pública sale reforzada de la emergencia ocasionada por el volcán de La Palma»

Manuel Campo Vidal E. D.

Periodista, doctor en Sociología e ingeniero técnico industrial, Manuel Campo Vidal (1951. Huesca) es el presidente emérito de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión de España. El comunicador ha destacado en su visita a Canarias el trabajo de los medios de comunicación, y especialmente, de las televisiones, apuntando a que las públicas «salen muy reforzadas» por su labor en la erupción volcánica.  

El papel de los medios en cualquier emergencia es fundamental, pero en este caso se ha convertido en indispensable, ¿no?

Sí, yo creo que los medios colectivamente han jugado un papel fundamental en esta emergencia. Y es verdad que por la espectacularidad de las imágenes y por el dispositivo montado, la Televisión Canaria ha tenido un reconocimiento como nunca en toda España y en todos los países del mundo, porque incluye no solamente televisiones, sino también las redes vinculadas a la ciencia y los institutos de vulcanología. Canarias estaba en el mundo por el turismo, por los migrantes, por sus gentes, pero ahora la Televisión Canaria está en el mundo y con ella el resto de medios.

¿Han conseguido llegar a todo el mundo?

Yo estaba en Panamá y veía imágenes cedidas en la Televisión Canarias, y es lo mismo que veo en los informativos de Televisión Española o de La Sexta, por ejemplo. Es decir, yo creo que eso es muy importante. Y como decía el director de una televisión en Guatemala, aquí estalló un volcán y he tenido más imágenes de La Palma que de mi país.

¿Qué factores lo hicieron posible?

Aquí hubo una planificación fantástica por parte de la Televisión Canaria que dirige Francisco Moreno. Una hora antes de que estallara el volcán, aprovechando la información que tenía Protección Civil, las Fuerzas de Seguridad y hasta la Unidad Militar de Emergencias, también la televisión supo estar al punto de planificar. Hay muy pocos volcanes en el mundo que se hayan podido grabar y retransmitir desde el primer segundo de la tragedia.

¿Cómo se puede valorar el peso mediático de la Isla?

Es imposible, y además en el momento en que la Televisión Canaria hizo, como le corresponde a un servicio público, una gran apuesta estratégica que era no comercializar las imágenes, porque si no, pues esas imágenes de La Palma hubieran desaparecido en muchísimas televisiones por razones puramente presupuestarias. Creo que el mejor servicio que se puede hacer a los palmeros es mantener viva la tragedia informativamente y, desde luego, darles el tratamiento dedicado y serio que se ha hecho por parte de la televisión, porque eso ha marcado tendencia conteniendo a otros que con una tragedia similar se hubieran podido deslizarse.

¿Hay una delgada línea entre la información y el amarillismo?

Sí, pero yo creo que desde el primer momento la gente que estuvo allí tuvieron la instrucción de que no se podía hacer amarillismo. Que no se podía entrar en el morbo, aunque probablemente en algunos programas que existen se hubieran sentido tentados de hacerlo. Yo creo que ha habido un tratamiento riguroso, un tratamiento que no ha escondido en absoluto ninguno de los aspectos informativos. Cuestiones como el que la lava afecte al cementerio se puede tratar de una manera comedida, informativa, pero respetuosa, o se puede tratar de una manera abandonándose a algunos instintos amarillistas. Yo creo que se ha hecho francamente bien y por eso me parece que este Premio Ondas que se le ha dado a la Televisión Canaria es absolutamente merecido.

¿Hay que obviar imágenes para no hacer daño?

Y yo creo que lo que ha sucedido han sido dos cosas. Por una parte, por una tragedia que todos conocemos y que a todos nos conmueve. Por otra parte, ha habido una explosión de profesionalidad que va desde las fuerzas de orden público a Protección Civil, la Unidad Militar de Emergencias y también las televisiones y en conexión directa con los servicios sanitarios y con los servicios psicológicos. Yo creo que tener esa sensibilidad de que ya no se podía ver más veces el del famoso campanario desplomándose.

¿Qué le parece el uso de estas nuevas herramientas como la realidad aumentada?

Hasta donde sé, la Televisión Canaria estaba en ese proceso de renovación, porque esto no se improvisa en dos meses. Lo único que se aceleró la puesta en marcha de unos recursos tecnológicos, porque la televisión está siempre en transición. Han sido muy positivos y han sido muy informativos para comprender el funcionamiento de las coladas y para entender bien el fenómeno geológico que allí se estaba produciendo.

¿Las redes sociales han adelantado a la televisión?

La televisión, es difícil decirlo, porque de una tragedia hay que sacar algo positivo, ha salido reforzada. En segundo lugar, la televisión pública y en tercer lugar de la televisión de calidad. Esos tres elementos son muy interesantes. Las redes sociales han jugado su papel, pero igual que cuando las Torres Gemelas, todos corrimos a ver el televisor y soltamos los artefactos que llevamos en la mano, en este caso, yo creo que corrió todo el mundo para ver la espectacularidad. Y las redes sociales lo que están difundiendo son fragmentos de lo que ya ha dado la televisión.

¿Las audiencias han apoyado a las teles?

Absolutamente. En la historia de los medios de comunicación, cada vez que aparece un medio nuevo, se hacen funerales por el anterior. Cuando llegó la radio se dio a la prensa por liquidada. Cuando llegó la televisión se dio por liquidada a la radio. Cuando llegó Internet se dio por liquidada a la televisión. Lo cierto y verdad es que adecuándose al futuro y cada uno con su especialidad, ahí está la prensa, está la radio y la televisión, que en este caso me permito sugerir que sale muy, muy reforzada.

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