"Grandes avenidas" de lava procedentes de las fracturas abiertas bajo el cono principal del volcán de La Palma discurren fundamentalmente por la colada primigenia, la que llegó hasta el mar formando una fajana, que ha crecido en las últimas horas.

Ese mayor flujo de lava por la colada que arrasó el barrio de Todoque ha rellenado las islas de vegetación conocidas como 'kipuka', y arrasado las viviendas que habían quedado indemnes, sobre todo en la zona de Alcalá.

Ese aporte extraordinario de lava también está llegando a las otras dos coladas que se aproximaron al mar, pero no lo suficiente para que avancen en su frente, según ha concretado el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende.

El resto de coladas, ha dicho Morcuende, están "bastante frenadas", incluidas la procedente de la boca eruptiva más al sur, que se ha quedado detenida en la zona del Corazoncillo, en Las Manchas, junto a una planta fotovoltaica, y la que alcanzó la zona urbana del barrio de La Laguna.

Sin embargo, apuntó que en estos momentos hay una serie de canales lávicos que están aportando energía a las coladas 1 y 4.

El director del Pevolca señaló que estos canales lávicos, que son fundamentalmente dos, se abren y aparecen en superficie o se bifurcan en varios pequeños tubos lávicos, lo que hace que siga habiendo aporte en la isla baja situada en la zona de Los Guirres, donde también hay un crecimiento del delta lávico como consecuencia de ese aporte de lava.

La directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, ha indicado que los nuevos centros de emisión surgidos en las últimas horas tienen "la dirección óptima" para que no causen daños materiales mayores, y ha añadido que "el mayor riesgo" en esta fase de tanta efusividad es que haya una rotura en la parte superior del cono principal.

Vigor del volcán de La Palma

Blanco ha aportado dos datos que corroboran el vigor del volcán cinco semanas después de que comenzara a erupcionar: la tasa de emisión de dióxido de azufre medida ayer domingo fue de 53.600 toneladas y las mayores amplitudes de la señal de tremor en un mes, aparte de una mayor sismicidad en profundidades intermedias.

De hecho, ayer se registró "muchísima sismicidad" en la zona entre 10 y 15 kilómetros de profundidad con un pico muy importante hacia las 16:30 horas, cuando la sismicidad se elevó notablemente y se produjo un terremoto de intensidad 4 a unos 10 kilómetros.

Al respecto, la portavoz científica del Pevolca ha recordado que es esperable que en las próximas horas se puedan producir seísmos de intensidad 6, pero ha subrayado que no es necesario adoptar más medidas de prevención que los consejos ya difundidos a la población, porque los daños previsibles que podrían ocasionar son la caída de pequeños objetos, y la recomendación de no andar cerca de fachadas o farolas.

Además continúa sin haber variación en cuanto a la deformación en las inmediaciones del cono volcánico, y se percibe cierta deflación en las estaciones más alejadas del centro emisor.

El penacho de gases y cenizas ha alcanzado este lunes los 3.800 metros de altitud y no se descarta la llegada de ceniza fina a la isla de El Hierro, pero la entrada de alisios que soplarán de moderados a fuerte provocarán condiciones favorables para la operatividad de los aeropuertos y la calidad del aire.

Sobre este punto ha comentado María José Blanco que la emisión difusa de dióxido de carbono en la dorsal de Cumbre Vieja se ha situado en 803 toneladas diarias, y sólo se han registrado concentraciones de partículas superiores a lo recomendable en momentos puntuales en Los Llanos de Aridane y Puntagorda.

Asimismo Miguel Ángel Morcuende ha incidido en que desde el inicio de la erupción, el pasado 19 de septiembre, se han contabilizado diez centros emisores de magma, algunos de los cuales se han ido abriendo y cerrando a lo largo del proceso eruptivo, y ahora puede haber cinco plenamente activos.

El director técnico del Pevolca ha indicado además que ya se ha abierto la carretera por El Charco, que se había cortado al tránsito por desprendimientos, tras limpiar el entorno de los derrubios caídos y evaluar el talud para observar si persiste el riesgo.

Mientras, 453 personas desalojadas de sus hogares siguen albergadas en hoteles de Fuencaliente y de Los Llanos de Aridane.