El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, ha anunciado la posibilidad de que en los próximos días se puedan producir nuevos confinamientos debido a la intrusión de polvo sahariano que, sumado a los valores de partículas procedentes de la erupción del volcán de La Palma, provocará un empeoramiento de la calidad del aire.

Según la previsión meteorológica, a partir de los días 15 y 16 de octubre se prevé la entrada de una masa de aire continental y seca que desplomará la altura de la base de la inversión térmica y la hará más acusada, por lo que las condiciones meteorológicas serían desfavorables desde el punto de vista de la calidad del aire.

Miguel Ángel Morcuende ha precisado que esta situación provocará problemas en cuanto a la dispersión de gases, por lo que el Pevolca va a monitorizar y vigilar esta concentración y, en el caso de que fuera necesario, aplicaría medidas de confinamiento de la población como ya se ha hecho en las dos ocasiones anteriores. Ha indicado, además, que la entrada del viento del este mandará toda la ceniza del volcán hacia el oeste de la isla, lo que permitirá tener durante los próximos cuatro días una operatividad "perfecta" en el Aeropuerto de La Palma, dado que la ceniza irá hacia el mar.

El volcán está lanzando un penacho de gases a 3.000 metros de altura con cantidades elevadas de dióxido de azufre, 17.774 toneladas diarias, y esa medida tendría que bajar hasta 100 para pensar que la erupción toca a su fin, ha dicho la portavoz  la portavoz del comité científico del Plan de emergencia volcánica de Canarias.

Los otros dos parámetros que determinan la energía del sistema volcánico, la deformación del terreno y la sismicidad, también mantienen valores estables con respecto a días anteriores.

El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, ha informado de que la colada del flanco norte del volcán, que fluye hacia el oeste y noroeste y que el martes obligó a la evacuación de unos 800 vecinos del barrio de La Laguna, en Los Llanos de Aridane, "avanza muy lentamente" y cabe la posibilidad de que "aborte, que no vuelva a caminar".

Esa colada está a 200 metros de la costa, pero su brazo noroeste, el que el martes atravesó en diagonal el polígono industrial del Callejón de la Gata, es el que "pierde fuelle", mientras que la colada que se mueve más rápido, a 50 metros por hora, y que avanza hacia el sur es "la que acumula más energía y empuje", explicó.

Superficie arrasada

Los últimos datos, correspondientes al 12 de octubre, indican que la lava cubre 640,27 hectáreas, 27,94 más que la víspera, y se ha ensanchado hasta un máximo de 1.770 metros, 250 más.

Por la información de los satélites de Copernicus, hay 1.541 edificaciones o construcciones afectadas, de ellas 1.408 destruidas. Los datos obtenidos del catastro reducen la cifra a 937, de ellas 763 de uso residencial, 89 de uso agrario, 45 industrial, 22 de ocio y hostelería y 18 de uso público.

La erupción ha obligado hasta ahora a la evacuación de 6.400 personas, 5.700 en la primera fase de la erupción y otras 700 el martes, pero del total son unos 6.000 residentes y 400 turistas que fueron trasladados a Tenerife.

En el cráter, la única novedad es que se ha reactivado una emisión en el flanco sureste que no ha supuesto nuevas coladas. Ante la difusión de algunas informaciones sobre la situación de La Palma, Miguel Ángel Morcuende insistió en que la erupción volcánica afecta solamente al 8 por ciento de la superficie de La Palma, de manera que el resto de la isla es completamente segura y se pueden desarrollar actividades turísticas con normalidad.

También subrayó que la estabilidad geológica del edificio insular es "absoluta" y que el pescado tiene la misma calidad de siempre.