La Asociación de Voluntarios de CaixaBank se ha puesto a disposición de las distintas iniciativas sociales impulsadas en La Palma para atender a los damnificados por la explosión del volcán Cumbre Vieja. Una veintena de voluntarios participó en la clasificación de donaciones en las instalaciones habilitadas por las instituciones de la isla. Los participantes contribuyeron a ordenar todo tipo de enseres, desde prendas de vestir, ropa de abrigo, zapatos o juguetes. Esta colaboración se repetirá durante los próximos días, y mientras sea necesaria la ayuda de los voluntarios para canalizar el gran volumen de donaciones.
Los voluntarios también se han involucrado en la iniciativa Una carta, una sonrisa, impulsada por el profesor Felipe Brito Luis, natural de Los Llanos de Aridane, una de las zonas más afectadas por el volcán. Con este proyecto, este docente espera que en colegios de Canarias y de toda España se escriban bonitas misivas dedicadas a los niños y niñas de la Isla Bonita. En estas localidades, la actividad lectiva permanece suspendida desde el pasado 20 de septiembre, por lo que el profesor propone que cuando se retome la docencia todos los niños de las zonas afectadas tengan una carta de ánimo, un dibujo o una manualidad hecha por otros niños del país. El reto es lograr que a los más pequeños de La Palma lleguen unas 1.000 cartas.
Además, la entidad ha activado un programa de apoyo para ayudar a paliar los efectos devastadores de la erupción volcánica. Las medidas aprobadas van destinadas a las familias, negocios y empresas afectadas y contemplan la paralización de las cuotas financieras durante los próximos 12 meses. CaixaBank ha colaborado con el Cabildo de La Palma y con los ayuntamientos de Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte en habilitar diferentes canales de recaudación de donativos mediante ingreso en cuenta y Bizum. Asimismo, ha aprobado una línea de 100 millones de euros para anticipar las indemnizaciones del Consorcio de Compensación de Seguros y 50 millones de euros para autoempleo y emprendimiento tras la catástrofe.
