David Suárez, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), asegura que la nube de cenizas y dióxido de azufre que ayer por la mañana llegó desde el volcán de Tajogaite hasta la zona Norte de Tenerife sufrirá un giro con rumbo hacia Cabo Verde, gracias a los fuertes vientos intensos, y desde hoy tendrá una dirección Norte-Sur desde el punto emisor, en el municipio de El Paso, hacia Fuencaliente y el mar.
Suárez indicó que el viento de componente oeste a niveles altos desplazó ayer por la mañana el «penacho» de la nube de cenizas y dióxido de azufre desde la zona del Valle de Aridane hacia el Este. Por ese motivo, las cenizas fueron perceptibles en algunos puntos del Norte de Tenerife.
Según el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología, al mediodía ya había indicios de mejorar de la situación, en la medida en que el viento en niveles altos, entre 1.500 y 3.000 metros, incluso a más altitud todavía, había empezado a girar en el sentido de las agujas del reloj.
«El viento empezó a girar la nube de cenizas en sentido de las agujas del reloj hacia el Sur»
En palabras de Suárez, esa nube surgida de la erupción estaba previsto que pasara sobre de Tenerife, por lo que no se descartaba ayer que pudiese afectar también al aeropuerto Reina Sofía-Tenerife Sur. Y en la jornada de este sábado ya se contemplaba que la acumulación de cenizas y dióxido de azufre se dirigiera en sentido Norte-Sur desde el foco de emisión.
A juicio de David Suárez, esta nueva orientación de la nube propiciará un entorno más favorable para la actividad aeronáutica de Tenerife e, incluso, propiciará unos cielos más despejados también sobre el aeropuerto de La Palma, con independencia de que las compañías aéreas Binter o CanaryFly, por ejemplo, realicen operaciones o no con esta infraestructura aeroportuaria.
Sus efectos sobre la salud
En cuanto a los efectos que puede generar esas nubes de ceniza en la salud de las personas, el neumólogo Carlos Cabrera López, del Hospital Universitario Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, indicó que la composición de las cenizas es diferente a las que conocemos de forma habitual, como las procedentes, por ejemplo, de un incendio forestal: «Esas cenizas son minúsculas rocas». Además, en esa nube también llegan gases, como dióxido de sulfuro, monóxido de carbono y óxido de carbono, «que actúan como irritantes de las vías aéreas» de las personas, aclaró el especialista.
Cabrera advirtió de que si una persona está expuesta a grandes concentraciones de gases y de la citada ceniza del volcán puede desarrollar «síntomas respiratorios». En su opinión, los más frecuentes son «tos, opresión torácica y crisis de asfixia con ruido torácico». Estos problemas pueden llegar a ser mucho más agudos en aquellos ciudadanos que tengan alguna enfermedad respiratoria crónica, como asma o epoc. Carlos Cabrera López. Además, apuntó que «está demostrado que con el incremento de la contaminación atmosférica producida por estos gases y por la ceniza que ha expulsado el volcán se elevan las visitas a Urgencias y las hospitalizaciones» de las personas más expuestas.
«La composición de la ceniza del volcán está formada por minúsculas rocas»
A juicio de este profesional de la Neumología, «lo mejor es no acercarse al volcán». En estos momentos, la distancia de precaución está entre los dos y los diez kilómetros del cráter. Los aires alisios ayudan a disolver las concentraciones de gases peligrosos, comentó Cabrera.
Además, señaló que «lo ideal también es llevar mascarillas del tipo FPP2, que protegen de las cenizas, pero no de los gases, ya que estos pueden traspasarlas con relativa facilidad». Este neumólogo recomendó mirar la página de internet del Ministerio de Transición Ecológica (Miteco) para ver en tiempo real el índice de la calidad del aire y saber cuándo los parámetros de contaminación son peligrosos. Y, por último, el especialista invitó a cerrar puertas y ventanas para no tener contacto directo con los referidos gases.
