Trece días lleva el nuevo volcán de La Palma escupiendo lava, fuego y destrucción por las más de diez bocas que ha desarrollado un cono volcánico que los palmeros no dudan en calificar como un "monstruo". Y desde el primer día que comenzó a expulsar magma, el domingo 19 de septiembre, los palmeros ya tenían claro que lo que comenzaba a las 15:10 horas lejos de ser una atracción turística, un espectáculo, iba a ser la ruina de muchos y la tragedia de cientos de familias. El monstruo no se hizo esperar y comenzó a arrasar las primeras propiedades que hoy ya se cuenta por más de un millar.

Este fenómeno natural, pero violento como el que más, es una catástrofe aún sin cuantificar porque la tierra sigue sacando magma de sus entrañas hasta contabilizar, este mismo viernes, más de 80 millones de metros cúbicos.

Por ello, toda la isla de La Palma, sus habitantes y dirigentes, han mostrado su total rechazo a la utilización de esta catástrofe como si de un “espectáculo” se tratara.

Han sido innumerables las muestras de rechazo a expresiones como "atracción turística" o "espectáculo", palabra que los palmeros rechazan como también se oponen a que se sigan emitiendo imágenes del dolor y desolación de las familias cuando conocen que sus viviendas, fincas u otras propiedades han acabado bajo un manto de malpaís.

Una muestra de ese rechazo es el anuncio publicado en un panel dinámico del Ayuntamiento de El Paso para que quede constancia de ese sentir. Se trata de un panel colocado en la Avenida Islas Canarias: una pantalla led en la que habitualmente se anuncia cualquier tipo de actos relacionados con el municipio, y que en el que en estos días se puede leer el siguiente mensaje:

“El volcán de mi isla no es una atracción turística ni un espectáculo. No estamos contentos, ni emocionados, como dicen en las noticias. Estamos pasando miedo por nuestras familias, amistades y nuestros hogares. Se consciente de la situación”.