La emergencia generada por la erupción del volcán en La Palma ha paralizado las reservas de los principales turoperadores, que se mantienen atentos al desarrollo de los acontecimientos y adoptan decisiones semana a semana. Esta isla tenía una media de ocupación hotelera en torno al 70% y con buenas previsiones para el invierno cuando apareció la lava. Un duro revés para la planta alojativa palmera, que había abierto en su totalidad desde junio tras pasar las emergencia sanitaria por la pandemia, y que además se ha visto afectada directamente por la crisis volcánica con el cierre de un establecimiento en Puerto Naos, en el municipio de Los Llanos de Aridane, evacuado por precaución.

La patronal asegura en un comunicado que «en estos momentos todos los esfuerzos están volcados en atender la situación dramática para muchas personas que han perdido sus casas, sus terrenos y su modo de vida, con el objetivo de poder recuperar lo antes posible un escenario de normalidad». Pero una vez termine la erupción, Ashotel ya ha planteado a las administraciones que La Palma «va a necesitar un plan específico de recuperación económica y de promoción turística» en la que hay que poner «todos los esfuerzos» desde la parte pública y la privada, «una demanda compartida por todos los agentes económicos, sociales e institucionales».

El Centro de Iniciativas y Turismo Tedote de La Palma advierte en su nota de que hay una cancelación masiva de reservas para los próximos meses en la isla, lo que puede conllevar una «parálisis» económica general tras la afección que tiene la erupción volcánica sobre el subsector platanero. Por ello, la asociación lanza un llamamiento a los tradicionales mercados emisores de La Palma: «una forma útil de ayudar a la isla y defender el futuro de sus habitantes es visitarla con responsabilidad ante este momento, alojarse y consumir en ella para evitar la debacle de la economía».

De no ser así, «el golpe para el turismo, sumado a los daños del sector productivo del plátano, con la suma del 75% del PIB insular, podría ser irreversible». La bajos niveles de ocupación de las instalaciones hoteleras y extra hoteleras, en torno al 15% y con una «clara tendencia a la baja» en los próximos meses, obliga a «reaccionar de forma contundente» pues están en juego los despidos de trabajadores, la recuperación de los ERTE e incluso la posibilidad de cierre de alojamientos hoteleros y extrahoteleros.

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La delta que se ha formado con la lava de La Palma. Cedidas

Así, comentan que agencias de viaje, empresas de ocio activo, negocios de restauración, coches de alquiler y tejido comercial ven «amenazada» su actividad en unos momentos de enorme complejidad para La Palma. Insisten desde el CIT Insular Tedote en que «el turismo es clave porque de forma directa e indirecta muchas familias viven de esta actividad y es parte del mecanismo para recuperar el consumo en Los Llanos de Aridane, en El Paso y Tazacorte, además de el resto de la isla, que no puede permanecer impasible frente a la parálisis de la economía sin la llegada de turistas».

Situación muy grave

El presidente del CIT insular Tedote y Asdetur, Óscar León, explica en una nota que «las juntas directivas han acordado ante esta grave situación, conscientes de que la prioridad absoluta son las familias que han perdido su hogar, exponer la necesidad urgente de evidenciar la grave situación económica y la pérdida de empleos que este escenario podría provocar para el conjunto de la economía palmera, resentida durante un año y medio por la pandemia, y ahora en peligro por la cancelación permanente de reservas tras el duro golpe del volcán». Desde el CIT recuerdan que «la isla de La Palma es un destino seguro, atractivo y especialmente necesitado de la llegada de turistas».