La lava expulsada por el volcán de Tajogaite ha aumentado el tamaño de La Palma unas 10 hectáreas (10.000 metros cuadrados tiene una hectárea) tras entrar en contacto con el mar, concretamente, la superficie que ocupan 20 campos de fútbol (5.000 metros cuadrados por cada campo de fútbol). Esa, sin duda, fue una de las referencias informativas más destacadas del día después de que las coladas llegaran a playa del Perdido (Tazacorte). Otro aspecto positivo tuvo que ver con las rachas de viento que ayudaron a mantener alejada de la costa la columna de vapor de agua y gases tóxicos generada tras entrar en contacto el material volcánico con el mar. La tercera incidencia, la más negativa, fue la desaparición bajo la avalancha magmática del barrio de Pampillo. Sobre esos tres vértices pivotó el minuto a minuto de una catástrofe que sigue desencadenando muchas calamidades.

El magma arrasó el pasado martes un centenar de construcciones en el tramo final de su vertiginoso descenso en busca del mar. Pampillo, un pequeño núcleo vecinal que comparten Los Llanos de Aridane y Tazacorte, quedó enterrado por unas coladas que en algunos puntos superaron los 30 metros de altura, pero justo por encima de este enclave geográfico desapareció otro centenar de viviendas y son incontables las propiedades semidestruidas.

Situación de la colada a las 07:08 del 28 de septiembre. 103 hectáreas, 166 edificaciones

Las fuertes rachas de viento que afectaron ayer al costado suroeste de la Isla Bonita impidieron volar a los drones para que estos filmaran el escenario de la desolación. Eso sí, su acción logró que la nube tóxica formada cerca de la costa de Tazacorte se mantuviera lejos del perímetro de confinamiento. La avalancha de material volcánico que se abrió paso en el último kilómetro y medio antes de precipitarse al océano desde un acantilado, tras destrozar el barrio de Todoque, entre los caminos de Pasteleros, Aniceto, El Calvario, Pampillo y, por último, la playa del Perdido, que fue el punto donde a las 23:00 horas del martes entraron en contacto el fuego y el salitre, dejó una profunda cicatriz en un vecindario que han organizado su historia con un potente tejido familiar. «Ha sido un horror, una madrugada amarga», relata Juan Miguel Rodríguez (Nueva Canarias), alcalde de Tazacorte, sin obviar la enorme velocidad con la que bajaba el magma. «Una situación así es difícil de reproducir, incluso, en la película más catastrófica», remarca el primer edil de un municipio que ayer completó el tercer día de confinamiento para los 300 vecinos de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa.

Estos cuatro puntos están situados a más de dos kilómetros de la desembocadura del magma y el azar les ha dado un mejor destino que en el caso de Pampillo. «Todo eso se perdió», apunta el nacionalista en relación a la treintena de edificiones que se encontraban en los lindes municipales de Tazacorte. Las otras tres cuartas partes estaban bajo la gestión administrativa del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane. «Es un barrio en el que crecieron abuelos, padres e hijos». Así era el Pampillo bagañete.

Situación de la colada a las 19:26 del 22 de septiembre. 171 hectáreas, 372 edificaciones

Noelía García (PP), alcaldesa de Los Llanos de Aridane, no se atrevía a dar una cifra cerrada porque no tenía las referencias aéreas, pero su tono de voz transmitía la tristeza por los destrozos materiales que se amontonaban entre el barrio de Todoque y playa del Perdido (Tazacorte). «Ahora mismo no soy capaz de dar una cifra, pero hay varios centenares de casas bajo la lava». Este dato encaja con una información facilitada por los satélites del programa europeo Copernico que apunta a que la crisis volcánica se ha llevado por delante unas 700 viviendas y más de 1.200 fincas rústicas, devoró 267 hectáreas de terreno y reventó más de 21 kilómetros de carreteras: las pérdidas, según un estudio avalado por Idealista, sobrepasan de largo los 206 millones.

En cuanto las primeras coladas del Tajogaite superaron el voluminoso obstáculo de la Montaña de Tres Picos, abajo, en Los Guirres, fueron conscientes de lo que se les venía encima. Juan Miguel Rodríguez dice que no hay palabras para definir la «velocidad endiablada» que tomó el río de lava minutos antes de precipitarse al mar desde una altura de cien metros. El primer edil también recuerda que el volcán ya no sonaba como los motores de un avión, ahora el ruido era parecido al de un mar de fondo. «Era como ese chasquido que oyes en los días de mar revuelto», recuerda.

Situación de la colada a las 11:58 del 26 de septiembre. 237 hectáreas, 513 edificaciones

Rápida sedimentación

Teniendo en cuenta que del interior de la estructura volcánica creada en Montaña Rajada (Tajogaite) se expulsaban de media diaria entre 20.000 y 25.000 toneladas de material magmático –salvo durante buena parte de la jornada del pasado lunes que no se sobrepasaron las 600, coincidiendo con la parada de actividad– y la pirámide de más de 50 metros de altura que se creó en unos minutos como resultado de la sedimentación de lava en el fondo marino, no es extraño que se creara una gran plataforna (una especie de isla baja) que ayer por la tarde ofrecía un dato demoledor: la lengua de fuego le ha ganado unas 10 hectáreas de terreno al mar.

Los ensanchamientos que se apreciaron ayer en varios puntos de la colada –con un crecimiento por encima de los 500 metros de largo y alrededor de 100 de alto–, unido a la alta velocidad que alcanzaron las lenguas de fuego en el tramo final de su ingreso en el mar han acelerado que en menos de 24 horas ya se hayan ganado esos cien mil metros cuadrados al litoral de Tazacorte, el equivalente a diez campos de fútbol.

Los especialistas del Instituto Geográfico Nacional (IGN) detectaron trece terremotos entre las 00:01 horas y las 19:29 horas de ayer en las zonas de Fuencaliente (9) y Villa de Mazo (4). El movimiento de máxima intensidad, calcado en distintas ocasiones a lo largo de la jornada de ayer, se cifró en 3,3 (mbl.g).

Situación de la colada a las 07:08 del 28 de septiembre. 267 hectáreas, 656 edificaciones

Los técnicos que están monotorizando los movimientos del volcán de Tajogaite creen que «habrá nuevos episodios de incremento y disminución de actividad» como el que se produjo durante la mañana del lunes antes de que el salidero que está ubicado por debajo del cono comenzara a emitir una enorme cantidad de lava más fluida y de tonos amarillentos –con una apariencia similar, que no igual, a la de las erupciones hawaianas– que aceleró la llegada de las coladas a la playa del Pérdido (Tazacorte). También incidieron en el hecho de que en estos momentos el magma cuenta con una válvula de escape y, por lo tanto, no tiene que buscar un camino nuevo de ascenso a la superficie. Precisamente, dos de los «dedos» que han sido expulsados por el volcán de Tajogaite siguen parados en Toquedo, ambos se dividieron al encontrar una barrera por la vertiente norte y se frenaron a menos de cien metros del Cementerio de Los Ángeles (Los Llanos de Aridane) y la única incineradora que existe en La Palma.

Noelía García, alcaldesa de Los Llanos de Aridane, lleva días observando cómo esos dos montículos se han convertido en una «amenaza» en la zona. El desgaste emocional de los vecinos que continúan desalojados es enorme y la mayoría de ellos siempre le hacen la misma pregunta. «¿Sigue en pie mi casa?». Confiesa que sus reservas anímicas han estado a punto de agotarse, pero cada vez que se enciende el «testigo rojo» que le reclama energía para seguir adelante, la popular encuentra un motivo para tira hacia delante. «Esto es lo peor que le puede pasar a un alcalde, ver cómo tus vecinos te piden algo que no puedes darle», confiesa en un momento de la conversación en el que el silencio lo domina todo. «El hecho de crear unas falsas expectativas es terrible porque en estos núcleos todos somos familia y nadie se salva cuando hay pérdidas; todos hemos perdido algo que no vamos a recuperar por muchos proyectos de reconstrucción que nos inventemos. El daño moral es terrible y eso no se va a curar con el techo que le daremos a los que ahora no tienen nada», cuenta antes detener un recuerdo para su madre (85 años), que vivió la tragedia del volcán de San Juan (1949) y estuvo desalojada tres meses en plena postguerra. «Ella sintió la misma solidaridad que estos días percibimos los palmeros, nadie nos está dando la espalda... En el Pampillo se perdió la esencia de las familias canarias que saben que en los momentos duros toca arrimar el hombro. Eso ya no está aquí, pero tampoco en muchos domicilios del barrio de Todoque».

Situación de la colada a las 12:00 del 29 de septiembre. 313 hectáreas

Y es que los alcaldes de los municipios palmeros más «castigados» en las últimas 48 horas por la furia del volcán de Tajogaite dicen que «no hay manos para atender tantos problemas». Rodríguez solo tiene tres policías municipales en Tazacorte pero están convocadas tres plazas, García ofrece palabras de «agradecimiento» para los jóvenes.

«Todos los que dicen que solo viven pegados a un móvil deberían ver las muestras de solidaridad que nos están regalando desde el amanecer», subraya queriendo encontrar en esos apoyos el mismo bálsamo que están ofreciendo más de medio centenar de psicólogos a las personas que han sido «devoradas» en menos de dos semanas por una catástrofe inimaginable. «Por mucho que nos contaran en las reuniones previas a la erupción, esto parece el guión de la peor historia de terror que nos han contado», concluye no sin advertir que en la última semana y media hubo la gente habla más con la ojos que con la boca.