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Erupción en La Palma | Alcance en el medio marino

Los peces huyen de la zona donde la colada de lava del volcán de La Palma alcanzará el mar

Los pescadores notaron una disminución de

la pesca antes de que les pararan la actividad

Trabajos en el buque del Instituto español oceanográfico ‘Ramón Margalef’, que se encuentra en La Palma. Arturo Rodríguez

Los peces huyen de la zona donde se prevé que llegue la colada de lava del volcán de Cumbre Vieja, en La Palma. Los pescadores notaban desde hace semanas que había descendido la pesca aunque este sector lleva prácticamente parado desde que erupcionó el volcán, el pasado 19 de septiembre. La Marina Mercante amplió ayer la zona de exclusión a la navegación, que se mantiene en dos millas náuticas desde la costa, pero se traslada más al norte desde La Bombilla, barrio de Los Llanos de Aridane, hasta 0,2 millas al sur del puerto de Tazacorte.

En este área faenan en torno a unas 30 embarcaciones de pesca artesanal principalmente. La ceniza que se acumula en los barcos es problemática para los motores, por lo que solo pueden limpiarlos y esperar. Pablo Manuel Trujillo lleva toda la vida en el mar, tradición con la que ahora siguen sus hijos. Ya retirado del oficio y de la presidencia de la Cofradía de Pescadores de Tazacorte, cuenta que «la pesca cada vez era menos», y ahora nada. Solo están a la espera de que todo se calme para ver si pueden seguir faenando en estas aguas o deberán moverse a otras.

Oceanógrafos y biólogos no tienen datos fehacientes de que los peces estén ya abandonando la zona. «Es posible porque los peces tienen una capacidad mayor para detectar las vibraciones», explica José Carlos Hernández, biólogo de la Universidad de La Laguna, del departamento de Ecología de Comunidades Marinas y Conservación, que trabaja de la mano con el grupo de Oceanografía Química de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Precisamente llevan años en La Palma estudiando en la zona de Fuencaliente las emisiones de CO2 de manera natural al mar debido a la actividad volcánica de la Isla y cómo afectan al ecosistema marino.

Los expertos indican que la lava llegará más desgasificada y localizada que en el volcán de El Hierro

Los peces tienen una línea lateral que perciben las vibraciones que pueda estar provocando el volcán, y al ser un medio líquido el sonido se desplaza más rápido. No es de extrañar, pues, la huida.

A diferencia del volcán submarino de El Hierro –que explotó hace diez años y en aguas más profundas, causando una amplia mortandad en los peces al disminuir el oxígeno y el PH del agua–, en este caso la colada de lava avanza lentamente y los animales acuáticos cercanos a la costa podrán migrar a otros lugares, y posiblemente vuelvan cuando se calme el nuevo entorno marino que se generará con las rocas volcánicas. Lo que sí va a sepultar la lava, si llega a la costa y todo hace prever que lo hará, serán los organismos e invertebrados que no tienen movilidad, como algas, lapas o esponjas. Pero en este caso la lava está más localizada que en el del volcán submarino Tagoro, en El Hierro. En esa ocasión fue una «masa enorme de aguas sulfurosas» que causó muchas muertes de peces, precisa Hernández. En este caso, cree que la masa de lava llegará a la costa «casi desgasificada» por lo que el impacto está más «localizado», precisa, y «la recuperación será más o menos rápida».

El también el director del Observatorio Marino de Cambio Climático, con sede en el Faro de Fuencaliente, señala que si la lava alcanza el mar, las algas se recuperarán primero, luego algunos invertebrados y después volverán los peces, que habrán podido huir. El impacto sobre las algas o invertebrados va «a ser importante porque son los productores primarios del ecosistema marino de los que se alimentan otros organismos y especies que dan de comer a otros peces». Pero para la pesca comercial la afectación no debería ser de gran importancia porque los animales si notan que baja el PH o se calienta el agua salen pitando a otras zonas.

Los biólogos creen que la recuperación marina de la zona será rápida porque afectará más a algas

Viejas, sargos, cabrillas, pejeperros o atunes son los peces de interés comercial en esa zona. Estos investigadores estudian las «aguas someras, de 50 metros para arriba» donde se produce la pesca, y en La Palma la colada de lava llegará a una «zona somera». Hernández explica, tras analizar los efectos del volcán de El Hierro, que especies como el mero tardaron diez años en recuperarse y aún están en ello, porque tienen un crecimiento más lento.

El oceanógrafo Eugenio Fraile, del Instituto Español de Oceanografía, que se encuentra bordo del buque oceanográfico Ramón Margalef, que está realizando en estos momentos estudios en la zona costera, ha monitorizado el volcán de El Hierro y resalta que en menos de tres años ya estaban prácticamente recuperados no solo los ecosistemas ligados al fondo marino sino también los pelágicos, los que están en la columna de agua. En ese sentido, augura algo parecido en La Palma. Si llega la lava a la costa se va a colocar encima de un sustrato ya existente y lógicamente morirán los organismos que están ligados al fondo «pero muy rápidamente el propio ecosistema va a recolonizarse».

Estas llegadas «masivas de lava» al mar también pueden producir un efecto físico positivo, y es que al caer hasta el fondo removerá el agua e «inyectará nutrientes del propio océano que ayudarán a fertilizar de una manera natural el ecosistema», cuenta. Además las cenizas que caen al mar también pueden actuar de fertilizante del medio, asevera, «y eso puede ser un aspecto positivo» dentro de las graves consecuencias negativas de este volcán.

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