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Erupción en La Palma | Del shock al desgaste

El dinosaurio del volcán todavía estaba en La Palma

El día amaneció en silencio después de una de las peores noches, pero los

vecinos advertían que esta pausa se asemejaba más al cuento de Monterroso

Imagen del volcán de Cumbre Vieja desde el barrio palmero de Jedey, ayer, tras su reactivación. Arturo Rodríguez

Si la mañana estiró sus primeros rayos en silencio con la promesa de una tregua, la noche cayó sobre La Palma con el despertar de la pesadilla: más veloz, más voraz, más líquida. En realidad, sus habitantes lo intuyeron desde el espejismo de la quietud, porque el tremor no solo es de la tierra sino que sacude por dentro, así que los vecinos y vecinas ya advertían desde el mediodía que la pausa se asemejaba más al cuento de Monterroso y que, en el fondo de la corteza terrestre, el dinosaurio todavía estaba allí.

Una imagen desde el barco oceanógrafo en Tazacorte. | | ARTURO RODRÍGUEZ

«Por favor, no digan que se apagó el volcán si solo saben que paró, que estamos muy cansados y no podemos más», clamaba por la mañana una vecina del municipio de Tazacorte, que en la noche del domingo al lunes apenas acumuló tres horas seguidas de sueño porque «pensaba que la casa se nos caía encima de verdad». Y es que esas horas posteriores a la estacada que derrocó el campanario de la iglesia de Todoque, emblema sentimental del barrio y de la isla, alumbraron una de las peores noches de explosiones y temblores. Y ya era la octava.

En el transcurso de la última semana desde que se abrió la tierra en canal en Cabeza de Vaca, el estado de ánimo de la isla ha mutado desde el shock y el terror al desánimo y el desgaste. Para esta vecina, «la ansiedad va a más y más», explica, como el avance de las emanaciones que emponzoñan la atmósfera y que mantiene confinados cuatro barrios bagañetes.

«Por favor, no digan que se apagó el volcán si solo saben que paró», clama una de las vecinas

Sin embargo, la calma aparente del volcán de Cumbre Vieja permitió refractar el nuevo ángulo que marca el pulso cotidiano de una isla a oscuras bajo los focos de atención de todo el mundo. Los caminos de ida y vuelta en el muelle de Santa Cruz de La Palma, única puerta de entrada y de salida de la isla, dibujaban ayer regueros de pisadas y carriles sobre las capas de ceniza que alfombran el asfalto. Muchas representan las huellas de la desbandada y el miedo, pero otras marcan el rumbo del auxilio, la solidaridad y el apoyo, cuyo manto aspira a llegar mucho más lejos que la lava.

La reactivación del volcán, ayer, desde el barrio Triana-Las Martelas, en Los Llanos de Aridane. | | N. N.

Algunos turistas agolpados en fila ayer a las puertas del Fred Olsen enterraron por fin el discurso injusto de la explosión hipnótica, porque entienden que la isla que ayer les acogió es hoy una herida abierta. «We’re useless here [Sobramos aquí]», manifestaba Ida, una diseñadora gráfica que guardaba cola junto con su pareja en dirección a Los Cristianos, en Tenerife, para volver a Hamburgo, en Alemania, con la promesa de que regresarán cuando soplen nuevos vientos en la isla, porque La Palma también les necesitará entonces. Incluso, más que ahora.

El trayecto que une los dos costados de la isla es como quedarse varada en el túnel de la Cumbre

Tras el colapso del pasado fin de semana en la terminal marítima, puesto que los vuelos permanecen suspendidos aun con la breve reanudación fallida que tuvo lugar ayer, numerosos turistas, medios de comunicación y equipos de auxilio enfilan su regreso a casa en medio de la catástrofe. La tensión y presión de la incertidumbre también son agentes erosivos y muchos ya necesitan descanso.

Un desasosiego que no acaba

Por otra parte, para quien imprime su primera huella en la capa de arena negra, pero ha recorrido antes las arterias verdes de la isla, el trayecto que une los costados de la isla desde Santa Cruz de La Palma hasta Los Llanos de Aridane evoca algo así como quedarse varada dentro del túnel de la Cumbre: un desasosiego que no acaba nunca.

La línea continua que divide los carriles desde Buenavista hasta El Paso se desdibuja bajo una hilera de montones de arena y de partículas rocosas que llueven por toda la isla, que los servicios y operaciones de limpieza -en estos tiempos que se empeñan en recordar la importancia de lo público- barren hacia los arcenes y delimitaciones de sentido para despejar un poco el camino y que los vehículos no deslicen a su paso. Algunos carriles y rutas permanecen directamente cerrados al tráfico.

En el camino entre Los Llanos y Puerto Naos, el humo se espesa como un mal presagio

Aun así, apenas circulan coches a primera hora de la tarde y, aquellos que pisan la carretera, no superan los 50 kilómetros por hora, ya que la polvajera se levanta con más intensidad que la niebla. Los puntos de referencia que jalonan el recorrido en coche hacia el oeste también devuelven una estampa desoladora: los restaurantes Las Piedras y La Cascada, lugares de encuentro en carretera, son desiertos de arena negra cerrados a cal y canto. También el corazón del municipio de El Paso revela una realidad desnuda como sus calles, y es la tristeza que recorre cada punta de la isla y que se instala en las casas y negocios, como un velo semitransparente en el aire que lo perfora y lo desinfla.

Ahora bien, en las azoteas y en las entradas de las viviendas, todos los vecinos se asoman con cautela, enarbolan unos prismáticos y miran hacia el cielo plúmbeo en una única dirección: el volcán de Cumbre Vieja que concentra todas las miradas, que parecía dormido y que amenazaba con abrir aún más su mapa, con enjambres sísmicos que apuntaban hacia el municipio de Fuencaliente. Para quien lo mira de frente por primera vez, sin filtros ni pantallas, es absolutamente aterrador. Casi no hay palabras.

Una vecina de Las Martelas: «Esto que tenemos delante ha desgraciado a toda la isla»

«Yo de esto no me fío, ¿que ayer nos da uno de los peores días y hoy de pronto se apaga? Imposible, yo no me fío», apunta un vecino en una curva en dirección a Tazacorte. Entonces corrían las seis de la tarde y todo era silencio. Más adelante, unos kilómetros al sur, en el barrio Triana- Las Martelas, a mitad de camino entre el casco de Los Llanos de Aridane y Puerto Naos, la columna de humo se espesa como un mal presagio. Un vecino suelta el cepillo con el que barría la entrada de la frutería y se gira hacia atrás; otra vecina recoge la regadera con que mimaba sus flores, y alza la vista. El volcán vuelve a rugir con fuerza. «Lo sabíamos», suspira esta última.

«Esto que tenemos delante ha desgraciado a toda la isla», añade. Ya entonces contemplaba el riesgo de nuevas fisuras, de peores escorrentías de lava, de más pesadilla, cuenta. Y es que la casa donde vive una de sus hijas y nietas colinda con una de las bocas del volcán. «Si la lava coge por un lado, te lleva la casa; si coge por el otro, te va a las plataneras, y si te coge por los dos ya ni te cuento». Ya es hora de recogerse para preparar algo caliente y atravesar otra noche larga.

Aquí ya no hay palabras. Uno de los principios del periodismo es que respira en la calle, pero una de sus verdades es que, a veces, esas verdades solo se pueden contar como una aproximación. En la obra de teatro El cartógrafo, Juan Mayorga inventó la leyenda de un cartógrafo polaco que intentó reconstruir un mapa de las emociones, los miedos, la esperanza y el dolor vividos en el gueto de Varsovia. En un momento de la representación, Blanca Portillo rompe la cuarta pared en plena escena, se dirige al público y confiesa que hay un tipo de sufrimiento que es innenarrable, donde hay una imposibilidad de transmitir con exactitud ese dolor, ese desgarro, sin estar en la piel.

Algo así es lo que sucede ahora en La Palma, incluso mirando el dolor de frente. Pero todavía queda un largo camino que requiere de mucho apoyo, de acompañamiento y de tratar de reconstruir este mapa deformado por la lava, la pérdida y la impotencia. Lo haremos, como poco, con el respeto y la dignidad que merece esta isla.

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Última actualización 14:20

Los observables, tanto directos en superficie como procedentes de los sistemas de vigilancia, siguen corroborando los signos de agotamiento del proceso eruptivo del volcán de La Palma, aunque el final de la erupción no tiene por qué implicar el final de algunos peligros asociados al fenómeno volcánico ni el final de la reactivación magmática en Cumbre Vieja.

La elevación del terreno en hasta ocho centímetros que se registró junto a los centros eruptivos del volcán de La Palma el pasado domingo, 19 de diciembre, ha revertido ya de forma completa, ha informado el Instituto Geográfico Nacional (IGN).

La red de vigilancia volcánica de seguimiento 24 horas del Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha localizado durante la noche cinco terremotos en la zona afectada por la erupción del volcán de La Palma, ninguno de ellos sentidos por la población.

Miles de personas vivirán estas navidades de una forma muy distinta a la habitual en La Palma. Muchas de ellas tendrán que hacerlo en una vivienda ajena, en un pequeño piso o incluso en una caravana aparcada en un parquin público porque su casa está bajo la lava o en zona de exclusión. Otras lo harán trabajando en el control de esta emergencia o en el estudio de la erupción del volcán de La Palma que, pese a estar ya en la cuenta atrás para que se declare finalizada, sigue siendo motivo de análisis pormenorizado. Serán unas fiestas atípicas, para algunas de ellas incluso una fecha más que tachar en su calendario nuevo, que comenzó aquel 19 de septiembre de 2021. Lo que sí tendrán todos en mente será ese volcán de Cumbre Vieja que, imponente, sigue muy presente marcando la vida de mucha gente.

El Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane ha informado de que desde el inicio de la erupción volcánica hace tres meses ha destinado un total de 763.892,19 euros en ayudas económicas de emergencia para apoyar a 717 familias del municipio afectadas por el volcán de La Palma.

La concejal de Acción Social, Elena Concepción, explica en una nota que se han tramitado 989 ayudas que sirven para hacer frente, a gastos como el pago de alquileres, gasolina, y la compra de enseres de productos de necesidades básicas, electrodomésticos y mobiliario.

El único dato significativo es que persiste el episodio de deformación local que se inició el pasado 19 de diciembre, que requiere su seguimiento, sin observarse variaciones en el resto de datos y observables

El volcán de La Palma está a tres días de darse oficialmente por finalizado

El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha localizado ocho terremotos en La Palma desde la pasada medianoche siendo el mayor de magnitud 2,4 registrado en el municipio de Fuencaliente, a las 08.43 horas y una profundidad de 11 kilómetros.

El último informe del Departamento de Seguridad Nacional reitera que los observables, tanto directos en superficie como procedentes de los sistemas de vigilancia, corroboran los signos de agotamiento del proceso eruptivo en La Palma.

Los registros que recopilan diariamente los científicos sobre la erupción del volcán 'Cumbre Vieja' de La Palma corroboran una jornada más el agotamiento del proceso que comenzó el 19 de septiembre, por lo que restan cuatro días para poder dar el fenómeno por finalizado siempre que no haya variaciones en los datos.

Imágenes del satélite Landsat de la NASA han revelado la magnitud de los cambios experimentados en el humanizado paisaje del oeste de la Isla de La Palma, tras tres meses de erupción volcánica.

La red de vigilancia volcánica de seguimiento 24 horas del Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha localizado durante la noche tres terremotos en la zona afectada por la erupción volcánica en la isla de La Palma, ninguno de ellos sentidos por la población.

El Cabildo de La Palma ha informado este martes de que no se puede acceder a la costa del Valle de Aridane ni por mar ni carretera.

La corporación ha indicado en su cuenta de Twitter que, sin embargo, el acceso por el norte está permitido.

La inactividad del volcán de La Palma continuó ayer, a pesar de que, durante la noche del domingo, se detectó una deformación del terreno de ocho centímetros de altura en una de las estaciones de medición. Esa elevación del suelo se apreció en un único punto, en Roques de Jedey, y la máxima expresión del fenómeno se registró a las 22:00 horas del domingo, pues a partir de ese momento ha remitido, según la información de la portavoz del Comité Científico del Pevolca, Carmen López, para la que ese episodio no varía el informe general sobre agotamiento del proceso volcánico.

La tendencia descendente de la sismicidad continúa en La Palma y desde la pasada medianoche apenas se han localizado seis terremotos, el mayor de magnitud 2,3 localizado en Fuencaliente, a las 00.53 horas y una profundidad de 36 kilómetros, según datos del Instituto Geográfico Nacional.

El último informe del Departamento de Seguridad Nacional corrobora los signos de agotamiento del proceso eruptivo en el volcán de La Palma, del que se han cumplido tres meses, aunque no es descartable un nuevo repunte de actividad estromboliana y de emisión de coladas.

La erupción del volcán de La Palma cumplió ayer tres meses en medio de un proceso de «agotamiento» progresivo, según los científicos. No obstante, para poder asegurar que el proceso eruptivo que dio comienzo el 19 de septiembre pasado está finalizado, los datos registrados y observables de los últimos días deben mantenerse en los niveles actuales durante cinco días más. Este plazo expirará precisamente el próximo sábado, día de Navidad.

La erupción del volcán en Cumbre Vieja ha alcanzado este domingo los tres meses de duración con los mismos signos de agotamiento de jornadas previas, por lo que se mantiene el plazo de diez días fijado por los científicos para darla por finalizada, de los que se han consumido cuatro.

En las últimas 24 horas no ha habido novedades, pues todos los observables directos en superficie y los datos obtenidos a través de la red de vigilancia siguen siendo bajos o nulos, aunque la portavoz del comité científico, Carmen López, ha insistido en la posibilidad de un repunte de la actividad eruptiva.

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