Una nueva acción contra la biodiversidad de la isla de La Palma ha provocado la intervención de agentes insulares de Medio Ambiente que, mientras prosiguen las investigaciones para averiguar a los causantes de la mutilación de más de medio centenar de tajinastes rosados en la cumbre, ahora se enfrentan a otros desaprensivos que han arrojado semillas de la especie exótica invasora rabo de gato (Pennisetum setaceum) en una parcela que protegía a flora en peligro de extinción.

Más concretamente, esta acción denunciada desde la Consejería insular de Medio Ambiente, se ha producido al descubrir que alguien había arrojado rabo de gato con semillas en una parcela vallada para la conservación del Pico de Fuego (Lotus pyranthus), considerándolo «un nuevo ataque contra la flora endémica y en peligro de extinción de La Palma».

Estos hechos, puestos en conocimiento de la Guardia Civil, se han registrado en una parcela en los montes de Santa Cruz de La Palma destinada a la conservación de esta flora protegida.

El Pico de Fuego es una especie botánica endémica y en peligro de extinción de la flora palmera, que forma parte, junto con el Pico cernícalo (Lotus eremiticus), de un plan de recuperación que realiza el Cabildo de La Palma desde hace más de una década.

Hay que dsestacar que la parcela se encuentra protegida con un vallado y existe cartelería informativa sobre la labor que se desempeña en la misma para recuperar este endemismo botánico, que poco a poco, y gracias a la labor realizada por este programa, ha ido lográndose su regeneración natural.

Desde Medio Ambiente aseguran que este suceso «obligará» a un estricto seguimiento ante el riesgo que representa la posibilidad de que las semillas de rabo de gato lanzadas en la zona puedan prender, propagando así su presencia en una zona de la Isla en la que no se encontraba. Además, cabe destacar que dejaron las puertas abiertas del vallado lo que permite el acceso de los herbívoros a las plantas.

La consejera del área, María Rodríguez, lamentó que continúen produciéndose estos ataques al patrimonio ambiental de La Palma, «con actos deplorables, que representan una amenaza contra la biodiversidad de la Isla», dijo. Asimismo, ha advertido que estos sucesos, que son un «ataque» contra el patrimonio del conjunto de la sociedad palmera, «lejos de amedrentarnos, nos animan a seguir trabajando de forma más contundente si cabe en favor de la conservación de nuestro medio natural», concluyó.