El proyecto diseñado por el artista vasco Agustín Ibarrola en los montes del municipio palmero de Garafía, en el que el Cabildo insular invirtió 225.000 euros, se muestran en un estado de abandono tras los derrumbes de alguno de los amontonamientos de piedra que configuran esta cuestionada obra de arte.

Tan sólo tres años después de que fueran concluidos, se desconocen los motivos que ocasionaron el actual estado de esta intervención en el medio natural, denominada Las Piedras de Ibarrola, y que se realizó en la montaña de Los Lisianes consistiendo en cinco amontonamientos circulares de piedras tomadas del entorno que tienen un volumen de 75 metros cúbicos y ocupan un espacio de 50 metros cuadrados.

Las piedras, como es habitual en las actuaciones de este creador, fueron coloreadas desde el interior de cada amontonamiento, ofreciendo “una especie de museo en la naturaleza, que proyecte Garafía al mundo y al turismo internacional”, exponía el autor en el proyecto. Por la realización del mismo, el artista vasco se embolsó 53.000 euros en una primera fase de programación y contratación de la obra, otros 69.550 euros para su realización, a los que añadir 101.650 euros a la conclusión de los mismos.

La iniciativa comenzó con controversia allá por el año 2015, ante la oposición rotunda no solo de ciudadanos anónimos sino también de nombres tan destacados en el mundo de la cultura como la escritora Elsa López, el músico Luis Morera o el arqueólogo José Farrujia, que defendieron la belleza natural de la Isla y especialmente de Garafía sin la necesidad de la actuación prevista.

El proyecto tampoco se desarrolló de la mejor manera, ya que la avanzada edad del artista impidió que se desplazara a la zona, realizando la dirección de los trabajos otro artista, Facundo Fierro.