El ingeniero Carlos Soler, que fue el encargado de dirigir las obras que concluyeron en el año 2005 dando con el manantial de la Fuente Santa y, ahora, 16 años después de que se iniciara el camino en el que la Demarcación de Costas vuelve a interponerse, recupera la propuesta de balneario subterráneo que salvaría cualquier normativa relativa a los límites marítimo-terrestres.

En unas declaraciones radiofónicas realizadas a Radio La Palma recogidas por EL DÍA, el ingeniero se refiere a la última resolución conocida estos días de la Dirección General de Costa, en el que se muestra contraria a la ubicación elegida para el balneario de la Fuente Santa al entender que se construiría en territorio de servidumbre de protección.

En el informe desfavorable de la Subdirección General de Dominio Público Marítimo-Terrestre se hace referencia a su ubicación dentro del Monumento Natural de los Volcanes de Teneguía, y reitera la posición contraria de Costas.

El ingeniero hace referencia a que Costas permitiría trasladar esa infraestructura a 100 metros de su futura ubicación actual, a lo que el Cabildo se niega por la posibilidad de pérdida de cualidades del agua, señalando Soler que la solución que ganó el concurso de ideas “ya está desplazando el balneario más de 50 metros del punto de surgencia”.

Por ese motivo defiende que esa agua “es igual que la lleven a 50 metros, como que la lleven a 100 o a 30 kilómetros”, aludiendo que en todos los casos cambiarán sus propiedades al perder dióxido de carbono.

El ingeniero recupera su propuesta para la Fuente Santa de un balneario subterráneo situado justo en el lugar en el que surge el agua, lo que señala que “no afecta a Costas ni afectaría la Ley de Protección del Monumento Natural del Teneguía”, añadiendo además que “podría comenzar a construirse mañana mismo”.

Carlos Soler, que confirma que tiene prohibida la entrada infraestructura, es tajante en calificar a proyecto elegido para desarrollar las infraestructuras de la Fuente Santa como un “parque acuático”.

Lamenta que en la elección y desarrollo del proyecto no se haya tenido en cuenta el valor medicinal de estas aguas, proponiéndose, según él, su uso en “un espacio lúdico, en el que la familia se divierte y se entretiene”, alejado de “un sitio donde se va a recuperar una salud perdida y se dan unos tratamientos”, característico de un balneario.

Por eso, lamenta que “un balneario no es eso”, añadiendo que la propuesta que impulsa el Cabildo “no tiene nada que ver, eso no es una historia de esparcimiento, de lujo y de tomarse una copa en el borde de una piscina”.

El ingeniero también denuncia el enfriamiento de las aguas de la Fuente Santa que provocaría que perdiera sus cualidades medicinales. Hace hincapié en que la temperatura del agua cuando fue descubierta oscilaba entre los 42 y 45 grados centígrados, que actualmente podrían haberse visto reducidos considerablemente.

El responsable, la instalación de equipos de ventilación que introducen en las galerías perforadas para localizar las charcas temperaturas del exterior de entorno a los 20 grados.

Para el uso de esas aguas, el ingeniero requiere que será necesario “recuperar esas aguas”, poniendo en duda que pueda ejecutarse esa acción con la infraestructura actual, haciéndose necesario excavar para buscar el agua en otro punto surgente.