El inspector de Patrimonio del Cabildo de La Palma, Jorge Pais, resta importancia a los daños ocasionados por un grupo de personas en el yacimiento arqueológico de Lomo Muerto, en el municipio de Puntagorda, donde con herramientas de mano abrieron un camino y destruyeron varias cazoletas del conjunto.

Para Jorge Pais, se ha creado “una notable inquietud y confusión entre la mayoría de la población”, al crearse una percepción, indica, “totalmente errónea” de que el yacimiento arqueológico de canalillos y cazoletas de Lomo Muerto ha sido destruido. Defiende Pais que no ha sido así, “ni mucho menos”.

Para el arqueólogo es inapropiado calificarlos como actos vandálicos, justificándolo en que los autores de los mismos, “estamos convencidos que desconocían completamente la existencia y el interés de este yacimiento arqueológico”, afirma. Asimismo, considera desproporcionada la información sobre la destrucción del yacimiento arqueológico, que, a pesar de los daños y alteraciones sufridos a lo largo de toda la época histórica, “presenta un aceptable estado de conservación”, defiende.

Destaca además que calificar los daños como muy graves “es una opinión muy subjetiva que, en cualquier caso, debe ser realizada por personas con la suficiente formación especializada y experiencia profesional contrastada”.

Aun así, reseña que desde hace tiempo ha trasladado al Ayuntamiento de Puntagorda “el interés, la fragilidad y la necesidad de proceder a la protección del yacimiento ante el constante incremento de visitantes”, entre ellos grupos guiados bastante numerosos.

Contrario a los pareceres del inspector insular de Patrimonio se ha mostrado la asociación Irueme, encargada de denunciar los hechos. Ha sido su presidente, Miguel Martín, quien lamenta que el dique afectado es el único caso en Canarias que contiene a la vez manifestaciones cultuales de canales y cazoletas, grabados geométricos y varias figuras antropomorfas en cruz y orantes, así como otros trazos sin forma aparente.

Actualmente la Guardia Civil está investigando al grupo de personas que incluso pernoctaba en el lugar y había organizado una fiesta sobre el mismo yacimiento en jornadas previas a ser denunciados los hechos.

Miguel Martín destaca que desde la asociación se actuó “como siempre ha remarcado el propio inspector, siendo un deber como ciudadano ser cómplice y no enemigo de las instituciones para defender nuestro legado”, dijo. Por ello, añadió no entender que se minimicen “los destrozos irreparables del sitio arqueológico de Lomo Muerto”, mostrándose sorprendido de que “precisamente por la persona que más debe velar por nuestro patrimonio, salga en defensa de los que manipularon y destrozaron”.

Por ello, continúa manifestando “categóricamente” que el yacimiento fue afectado gravemente, aunque Jorge Pais “se empeñe en quitarle importancia y no comparta nuestra valoración”.

El conjunto arqueológico de Lomo Muerto en Puntagorda consiste en un enorme panel de granzón compactado que alberga el mayor conjunto de canalillos y cazoletas, con diferencia, de la antigua Benahoare. Consta de más de 200 cazoletas de muy diferentes tamaños, algunas minúsculas y otras que alcanzan los 50 centímetros de diámetro y formas. Según se aprecia en las primeras comprobaciones, han sido destruidas ocho cazoletas en el dique, además de aplanar parte del mismo y dañar una quincena de cazoletas de la parte inferior de la plataforma con herramientas de mano.