Felipe VI y el Gobierno de Pedro Sánchez llevan al menos tres meses analizando posibles iniciativas para mejorar la transparencia de la Monarquía. Tres meses a lo largo de los que ya no es solamente Juan Carlos I y las investigaciones sobre su fortuna lo que inquieta al actual jefe de Estado. Este martes se supo que las hermanas del Rey, Elena (57 años) y Cristina (55), se han vacunado en Emiratos Árabes Unidos, donde el padre tiene fijada su residencia desde agosto. La Zarzuela, a través del jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, y el Gobierno, con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, como negociadora, tienen sobre la mesa varias medidas con el objetivo de regenerar la institución. Entre otras, según fuentes de la Moncloa, se está estudiando la publicación del patrimonio de Felipe y Letizia (una obligación que cumple cualquier cargo público desde 2007), detallar los gastos de la jefatura del Estado, la renuncia por parte del Monarca de la inviolabilidad para sus actos privados y la retirada del título de rey a Juan Carlos.

Hasta este momento, la Casa del Rey ha intentado desvincularse del escándalo de Elena y Cristina diciendo que ya no forman parte de la “familia real” y que Felipe VI “no es responsable de los actos de sus hermanas”. Al ver la polvareda que la noticia había levantado, Elena mandó un comunicado en el que, en nombre de su hermana también, explicó por qué habían recibido la inyección en Emiratos Árabes Unidos en su visita de la semana del 8 de febrero. “Se nos ofreció la posibilidad de vacunarnos, a lo que accedimos. De no ser por esta circunstancia habríamos accedido al turno de vacunación en España, cuando nos hubiera correspondido”. El objetivo era obtener “un pasaporte sanitario” que les permitiera visitar a su padre “regularmente”, sin tener que guardar la cuarentena de 10 días que ese país exigía a los visitantes.

Las infantas Elena y Cristina. | | EFE

Tras otra mañana de tensión, la infanta Elena acudió ayer a mediodía en su propio vehículo al Palacio de la Zarzuela. Un portavoz oficial de la Casa del Rey afirmó que la visita no se debió a que Felipe VI hubiera convocado a su hermana para tratar este asunto, sino que fue a la Zarzuela a ver a su madre, la reina Sofía.

El comportamiento de las infantas fue censurado por el vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, que afirmó que su acción impulsa el debate en España hacia “un horizonte republicano”. Al ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, le parece “muy mal” que se hayan aprovechado de su “posición” para “saltarse” el orden de vacunación, una conducta que genera, añadió, “mucha desconfianza” en la población. En cambio, el portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aseguró que no ve “perjuicio” porque las infantas “no le han quitado la vacuna a ningún español”.

El primo se desvincula del emérito

Álvaro de Orleans ha dado un paso adelante para desvincularse de la segunda regularización fiscal presentada por su primo Juan Carlos I en relación con los vuelos que le pagó la fundación Zagatka, de la que se declara fundador y único propietario. En un comunicado, su equipo legal niega que De Orleans haya sido testaferro o fiduciario del exjefe del Estado y sostiene que “puso voluntariamente a su disposición ayuda financiera para la atención de gastos de viaje”. Y explica que la decisión del rey emérito de ponerse al día con el fisco por estos viajes le es “ajena”, corresponde a “un contribuyente español, que tributa por los fondos de que ha dispuesto” y “no le afecta en ningún caso”, ni contradice la versión que ofreció ante la justicia suiza como testigo. Niega “estar siendo objeto de ningún procedimiento penal en Suiza, España o cualquier otro país” o haber “recibido citación de ningún tipo por parte de autoridad alguna”, circunstancia que previsiblemente cambiará, porque la fiscalía española cursó a Mónaco una comisión para tomarle declaración. De Orleans argumenta que la “Fundación Zagatka se constituyó para gestionar a nivel administrativo y financiero una parte de su patrimonio” y “al mismo tiempo materializar su ayuda a la Casa Real española”.