El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investiga un asentamiento hippie cercano al yacimiento arqueológico de Lomo Muerto, en Puntagorda, como causante de los daños irreparables causados en un conjunto de cazoletas realizadas por aborígenes de la Isla.

La Guardia Civil se presentó en el lugar alertada por la denuncia realizada por la asociación Iruene, encargada de defender y promocionar el patrimonio histórico palmero, identificando en el mismo lugar a tres personas pertenecientes a esa comuna y que estaban pasando la noche sobre la toba principal de cazoletas, la más importante que existe en la isla de La Palma y una de las mayores de Canarias.

Se investiga ahora si el asentamiento de la comuna hippie, que cada vez proliferan más en el acto norte de La Palma, fue el origen de este importante daño al patrimonio arqueológico palmero.

Los autores de este atentado arqueológico usaron varios enseres para hacer obras dentro de este espacio protegido, acumulando basura, residuos y materiales que han dañado este espacio natural. Allí, habrían destruido numerosas cazoletas utilizando herramientas de mano para hacer un camino por medio del yacimiento.

Según recoge el planeamiento de Puntagorda, Lomo Muerto está ubicado en suelo rústico de protección cultural, además de contar con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) según se establece en la Ley de Patrimonio de Canarias.

El daño causado es calificado por la asociación Iruene como “muy grave” dado que la destrucción producida a las cazoletas es irreparable. Se trata de un importante conjunto de cazoletas, oquedades cóncavas excavadas sobre toba o piedra que practicaban los indígenas palmeros junto a otras manifestaciones rupestres.