La Palma registró en 2020 un total de 22 incendios forestales, cinco de ellos intencionados, que afectaron a más de 1.200 hectáreas, algo más de la mitad de ellas arboladas (602,98 hectáreas).

De estos 22 siniestros, 20 fueron conatos, dos incendios forestales y uno de ellos catalogado como gran incendio, el de Garafía, al afectar a una superficie igual o superior a 500 hectáreas, según ha informado este viernes el Cabildo de La Palma en un comunicado.

Así se ha puesto de manifiesto en el balance realizado desde el área de Medio Ambiente y Seguridad y Emergencias del Cabildo de La Palma sobre el recién concluido año, cuya campaña contra incendios tuvo dos momentos especialmente críticos: el gran incendio declarado el 21 de agosto en Catela (Garafía), que afectó a 1.183 hectáreas, y el 8 de septiembre, cuando aún no se había extinguido el primero, el de El Pinar (Tijarafe), que alcanzó a 20 hectáreas de superficie.

Sendos fuegos coincidieron con la alerta por incendios forestales debido a las altas temperaturas y muy baja humedad, así como la presencia de calima.

En relación a la causalidad de los incendios forestales en la isla, la actividad humana ha estado detrás de 16 de los 22 registrados.

Así, once de ellos se produjeron a la realización de hogueras, quemas de rastrojos o instalaciones de tuberías, y los 5 restantes fueron intencionados.

Este último dato es diferencial respecto a otros años, en los que los incendios intencionados son testimoniales.

En los seis restantes no se ha podido determinar su causa.

En cuanto a la distribución geográfica, tres de los catorce municipios de La Palma, Garafía, Tijarafe y El Paso, concentran el 65% de las incidencias acaecidas en 2020, es decir, que son términos municipales ubicados en el lado oeste de la isla, el más castigado por la sequía y con una vegetación más xerofítica y favorable por tanto a los incendios forestales.

Asimismo, cabe destacar que la experiencia del personal de extinción y el estudio de la evolución de los incendios históricos son factores claves en el diseño de las zonas de actuación.

El Cabildo ha valorado la intervención preventiva desarrollada escasas semanas atrás del incendio de Garafía, en puntos de paso de incendios históricos, como el barranco de Las Mejeras, que contribuyó notablemente, no sin dificultad, a contener un incendio como el de Garafía, con una superficie potencial estimada de unas 16.000 hectáreas y unos daños irreparables, ayudado por la gran labor de todos los participantes en la extinción, profesionales y voluntarios, y la estrategia planteada por el equipo de dirección del Cabildo Insular.

Las consejeras de Medio Ambiente y Seguridad y Emergencias, María Rodríguez y Nieves Rosa Arroyo, respectivamente han coincidido en valorar el gran trabajo desarrollado por todos los equipos que han participado en la campaña contra incendios y que han dado lo mejor de sí para combatir el fuego, en situaciones extremas.

Asimismo, han destacado la cooperación y coordinación entre todas las administraciones, contando el Cabildo con el máximo respaldo y de forma inmediata de los ayuntamientos, cabildos de otras islas, el Gobierno de Canarias y de España para hacer frente a las emergencias.

El dispositivo se completa con medios del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente.

Arroyo y Acosta concluyen destacando la importancia de seguir profundizando en la concienciación de la población para prevenir los incendios forestales y contribuir de manera decisiva en la lucha contra el cambio climático.