Los efectos de la sucesión de tormentas con lluvias y viento sobre la isla de La Palma está dejando imágenes y efectos previsibles por la fuerza con la que ha desembarcado en la Isla.

La más visual es, sin duda, volver a ver llevar agua al barranco de Las Angustias como hacía tiempo que no se podía disfrutar. Agua de lado a lado en su desembocadura del Puerto de Tazacorte que deja bien a las claras la cantidad que ha tenido que ser recogida en la cuenca de la Caldera de Taburiente, superior a los 50 litros por metro cuadrado en las últimas jornadas.

Pero no todas las consecuencias son favorables, también durante la noche el fuerte viento provocó algunos desperfectos en el mobiliario urbano y en zonas ajardinadas de distintos puntos de la Isla, con rachas de más de 60 kilómetros por hora.

Otro de los efectos, más visual y sonoro, tiene que ver con los episodios tormentosos que durante el Día de Reyes se dejaron oír y relucir en los cielos de la Isla.