Dos décadas de trabajo sostenible

Alcanza su mayoría de edad como entidad protectora del territorio la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma. Lo hace en un momento en el que determinadas decisiones políticas han movido los cimientos de la institución y llegan, incluso, a poner en duda, según los más críticos, el desarrollo de proyectos y la consecución de sus objetivos. El cambio de director ejecutivo sigue dando más titulares de los que quizá se merezca este órgano, pero, en esa vorágine de información sobre la Reserva, también es necesario poner en valor el excelente trabajo que la marca Biosfera La Palma genera, avalado por todas las instituciones insulares, regionales y por la propia Unesco.

Los antecedentes de esta declaración hay que buscarlos en 1983, cuando La Palma fue la primera isla en España en contar con el reconocimiento internacional de Reserva de la Biosfera para una parte de su territorio, la Finca El Canal y Los Tiles, una muestra especialmente bien conservada de la laurisilva canaria, bosque relicto de la Era Terciaria. En 1998 se amplía el territorio declarado, integrando el arco noreste de la Isla, pasando a tener un total de 13.931,15 hectáreas (19,67% de la superficie insular), hasta que, finalmente, el 6 de noviembre de 2002, tras dos años de intenso trabajo de un equipo ya consolidado, la totalidad del territorio insular es declarado Reserva Mundial de Biosfera, incluyendo en su ámbito dos Zonas de Especial Conservación (ZEC) Marinas, en una de las cuales se localiza una Reserva Marina de Interés Pesquero.

Desde que en el año 2003 se convierte en consorcio, y, posteriormente –en 2017– en fundación, la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma trabaja en la gestión común de los aspectos medioambientales y de desarrollo socioeconómico, así como en la investigación y la observación permanente en relación a la sostenibilidad del territorio declarado por la Unesco como reserva de la biosfera, labor que le llevan a ser reconocida con el Premio César Manrique, en el año 2006.

Gestión del territorio

A lo largo de estos años, La Palma ha sabido caminar, bajo el liderazgo de la Reserva de la Biosfera, compaginando un desarrollo económico con el desarrollo sostenible sin destruir ni arrasar con los recursos naturales, ofreciendo una manera diferente de hacer compatible el turismo con la diversidad rural y cultural de la Isla.

Esta entidad es un lugar de encuentro para gestionar conjuntamente los aspectos relativos al desarrollo medioambiental y socioeconómico de todo el territorio insular, al tiempo de servir de garante de los requisitos propios que ha de cumplir una reserva de la biosfera. Es decir, servir de salvaguarda de la conservación de la biodiversidad biológica natural y cultural, convertido un modelo de ordenación del territorio y un lugar de experimentación del desarrollo sostenible.

La Reserva lucha por realzar el territorio insular, bajo criterios de conservación de las áreas de naturaleza especialmente frágiles, y por fomentar prácticas sostenibles que permitan constituir un elemento territorial modelo de respeto de la singularidad natural y de desarrollo sostenible, a la vez que cumpla con los requisitos establecidos por la Estrategia de Sevilla, relativos a la Red Mundial de Reservas de la Biosfera.

Con el trabajo del equipo que estos años lideró Antonio San Blas se fueron alcanzando todos aquellos objetivos planteados inicialmente y muchos otros surgidos por el camino, al tiempo que tejieron relaciones personales, profesionales e institucionales con entidades y personas expertas que brindaron, generosa y desinteresadamente, conocimiento científico y experiencia profesional contrastada para La Palma.

Proyectos internacionales

A través de la Reserva de la Biosfera La Palma, la isla consigue, entre muchos logros, ser importante partícipe del proyecto MaB (Man and Biosphere-Personas y Biosfera), programa científico intergubernamental que asocia las ciencias naturales, las ciencias sociales y las humanidades. El propósito es mejorar las relaciones de las personas con su entorno, para lo cual se crea como herramienta de intervención en las reservas de la biosfera, siendo referencia mundial de sostenibilidad.

El organismo participa asiduamente en foros nacionales e internacionales, siendo líder en su organización y exposición de proyectos con resultados exitosos, como el programa de Economías de calidad y turismo responsable, la Estrategia de custodia del territorio, la Iniciativa internacional Starlight, el Observatorio de Sostenibilidad, el Plan de Paisajes, los Estudios y estrategias sobre el medio litoral y marino o la creación de una plataforma de mejora de la gestión continua para entidades y empresas en materia de implantación de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Entre otras, son un conjunto de acciones que han contribuido a obtener numerosos reconocimientos, como los dos Premios Medio Ambiente Canarias o la Medalla de la Unesco.

Participación

Igualmente, se ha configurado un Voluntariado Biosfera atípico, basado en el conocimiento científico-técnico, el saber popular y la experiencia de vida y se ha propiciado la suscripción de numerosos convenios de colaboración con universidad, centros formativos, colegios profesionales y otras reservas de la biosfera. Acuerdos que posibilitaron el desarrollo de una amplia red colaborativa con esta entidad, de forma que La Palma es considerada y avalada como cabeza de gestión y líder en proyectos internacionales.

Marca Biosfera

En su afán de hacer partícipe a la sociedad insular, la entidad crea y gestiona programas que llegan a diferentes sectores, como la restauración, el turismo o la artesanía, a través de la Comunidad Biosfera y la creación de una marca. De estas últimas, actualmente, está en vigor la denominada Reserva Mundial de la Biosfera La Palma, con 21 pliegos de Condiciones Técnicas elaborados para 35 productos diferentes. Asimismo, está desarrollando un Club de Producto Turístico basado en recursos tan especiales como la observación del cielo nocturno o la extensa red de senderos de la Isla, generando un grupo de personas y entidades vinculadas a la Reserva Mundial de la Biosfera a través de las autorizaciones para hacer uso de su marca comercial en productos, artesanía, turismo y la empresa Amiga.

Todas estas personas trabajan pensando en el bienestar común y en el propio haciendo de la Reserva de la Biosfera un espacio de vida y de convivencia, reconociendo los valores intrínsecos de este territorio, trabajando para su conservación y para el desarrollo sostenible de ésta desde su propia actividad y creatividad o ingenio.

Retos

La Reserva Mundial de la Biosfera La Palma sigue teniendo retos que asumir y nuevas metas por alcanzar y que consoliden el legado. Esta anunciada una próxima evaluación por parte del Comité MaB-España y por la propia Unesco que afectará a las reservas de la biosfera y se realizará el año 2022. Además, se debe diseñar el nuevo Plan de Acción para el siguiente período de programación decenal 2023-2032.