El puerto de Santa Cruz de La Palma recibirá el próximo 6 de noviembre el primer crucero de turistas después de ocho meses de restricción y paralización de este importante sector económico para la Isla.

El primer buque en arribar a la instalación portuaria capitalina, según confirman fuentes de la Autoridad Portuaria de Tenerife, será el AidaMar, un barco construido en 2008, de 253 metros de eslora y cuya capacidad máxima de pasajeros es de 2.686. Pocos días después, concretamente el 9 de noviembre, también llegará al puerto capitalino el AidaPerla, también perteneciente a la naviera alemana AIDA Cruises, del grupo Carnival Corporation. Este barco es el más nuevo de la flota, con 300 metros de eslora y capacidad para 3.286 pasajeros.

Protocolo

Ambas embarcaciones tendrán que restringir el número de pasajeros de acuerdo a las normas sanitarias y las medidas de prevención. A ese respecto, el presidente insular, Mariano Hernández Zapata, destacó que las instalaciones portuarias cuentan con un "protocolo meticuloso", tras mantener un encuentro la semana pasada con representantes de Puertos del Estado.

Por eso, Zapata hizo hincapié en que "lo importante es que se inicien esos cruceros y a partir de ahí ir implementando las medidas con las que ya cuentan y prestando toda la colaboración necesaria desde el Cabildo de La Palma".

La llegada de estos barcos coincide con la autorización del Gobierno de Canarias a varias compañías navieras a operar viajes de cruceros entre los puertos del Archipiélago, una vez que las empresas se comprometieron a cumplir el estricto protocolo de carácter sanitario.

Entre las condiciones que se les exige a estas navieras se encuentra la de suscribir una póliza de seguros para atender a posibles incidencias relacionadas con el Covid-19 entre el pasaje mientras operen en Canarias.

También se les solicita la concertación de acuerdos con centros hospitalarios y hoteles en cada una de las islas por si fuera necesario activar una cuarentena, además de un plan de higiene especial para los buques y la contratación de personal sanitario que vaya embarcado. Además, se exigirá a las empresas de cruceros a que sus barcos no superen el 60 o 70% de su capacidad.