Un grupo de habitantes de los barrios afectados por el último incendio forestal de Garafía inició una recogida de firmas destinada a evitar que en el caso de que se repita un episodio parecido sean obligados a abandonar sus domicilios. Reclaman que la única manera de proteger sus domicilios es permaneciendo en ellos para frenar el avance de las llamas.

Los últimos datos aportados por el Ayuntamiento de Garafía especificaban que fueron 21 viviendas las que quedaron totalmente calcinadas por el fuego, a las que hay que añadir otra veintena de construcciones de diferente tipología, como bodegas o pajeros, entre otros. Lo cierto es que la evacuación de vecinos o de cualquier otra persona que pueda verse afectada por una catástrofe natural es lo habitual en estos casos, sobre todo pensando en que no se produzcan daños personales, aunque estos insistan en que, además de realizando labores preventivas, la defensa de sus domicilios pueden realizarla ellos mismos.

En esta última ocasión fueron más de 300 personas de distintos barrios los que fueron evacuados por la Guardia Civil durante varios días por un incendio que, iniciado de 21 de agosto, aún no está declarado como extinguido. Entre ellos, fueron muchos los que ocultándose a las Fuerzas de Seguridad permanecieron en sus domicilios con la finalidad de luchar personal y directamente contra el fuego.

La petición realizada a través de esta recogida de firmas no parece que pueda tener mucho recorrido, ya que ningún responsable político o de seguridad querrá cargar sobre sus espaldas la responsabilidad de permitir a ciudadanos civiles permanecer en un espacio afectado por una emergencia, poniendo en riesgo su integridad física. Ante eso, la propuesta que se realiza es la de ejecutar medidas preventivas alrededor de los domicilios cercanos a espacios forestales.