El uso estratégico de la ganadería y de las labores de pastoreo en la prevención de incendios forestales es defendida como una medida más que apoye a la limpieza realizada por el personal de Medio Ambiente, así como al mantenimiento de la viña, que conlleva la eliminación de combustible. De esta manera lo reivindica el biólogo y doctor en Veterinaria por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Juan Francisco Capote, especialista mundial de ganado caprino.

Para Capote hay que tener como ejemplo otros episodios parecidos, como el anterior gran incendio de la Isla, en 2016, que se pudo controlar en una zona pastoreada por cabras. Por eso, recalca su apuesta de colaboración del pastoreo en zonas concretas de los montes palmeros.

Defiende el científico palmero que esa opinión es compartida por responsables del Cabildo, que se comprometieron a realizar una experiencia piloto de pastoreo en un área de Garafía, de manera que esta práctica ganadera permitiera mejorar a la vez las condiciones de lucha contra el fuego.

Juan Francisco Capote reivindica esta aportación como "un primer paso, no de una panacea", ya que "no se va a acabar los incendios porque un rebaño estuviera pastando en cualquier lado", concluyendo que "se trataba de recabar información que pudiera complementar a la experiencia positiva".

22,4 hectáreas afectadas

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de La Palma concluye la evaluación de los daños causados en las zonas agrícolas en el último incendio forestal estimando que la superficie agraria útil afectada gira en torno a las 22,4 hectáreas.

El cultivo más afectado fue el del almendro, con una superficie dañada de 4,4 hectáreas, por desecación de hoja en un 100 %. La viña fue otro de los cultivos que más sufrió las consecuencias del fuego, viéndose dañadas 2,7 hectáreas, con afección de desecación de hoja de entre un 20 % y un 100 %.

Otro de los cultivos más dañados por esta catástrofe fue el de aguacate, con varias explotaciones de las zonas de Lomada Grande, Briesta y El Colmenero afectadas. La superficie perjudicada fue de 1,7 hectáreas, con una afección de entre el 90 y el 100 %. El castaño también registró pérdidas en la cosecha del 100%, con un ámbito de afección de 1,3 hectáreas, seguido por el cultivo de la protea, donde se detectaron dos parcelas con daños, únicas en la zona de influencia del incendio.

Además de estas zonas de cultivos, se vieron afectados por el incendio otros frutales, como una explotación de limones en la zona de Llanos del Negro, con una superficie afectada de 0,7 hectáreas; la higuera, con 0,6 hectáreas, y el manzano, con 0,3 hectáreas. En la zona de Buracas también se detectaron destrozos en una pequeña explotación de mango que registró daños del 50 por ciento del cultivo y que afectó a 0,1 hectáreas del terreno.