El obispo de Tenerife, el palmero Bernardo Álvarez, aprovechó la celebración del Día de Las Nieves en su Real Santuario para anunciar que en 2021 se celebrará una edición extraordinaria de la Bajada, "sin las condiciones sanitarias lo permiten". En su intervención al finalizar la misa conmemorativa de la onomástica de la Patrona de La Palma, el obispo palmero señaló que "habiendo quedado suspendida a celebración de la 69 edición de la Bajada de la Virgen, al tiempo que anunciábamos la intención de realizar una Bajada extraordinaria, es por lo que, en este singular día, a los pies de la imagen de Nuestra Señora de Las Nieves, quiero, con esperanza, anunciar esta celebración fuera del ciclo lustral".

El prelado detalló la propuesta de las principales fechas que la configurarán, con la bajada del trono el domingo 4 de julio de 2021, el sábado 17 de julio la Bajada hasta La Encarnación y el 18 de julio la entrada triunfal en Santa Cruz de La Palma. Para el 5 de agosto de 2021 queda el día de la subida y retorno de la Patrona a su Santuario. Álvarez expresó que "esa misma voluntad está supeditada a la evolución de la pandemia y a la disposición de las autoridades sanitarias para la celebración de este tipo de actos", y destacó que esa celebración extraordinaria pudiera "ser una acción de gracias a Dios y a la Virgen María por la superación de la Covid-19".

Reacciones de las instituciones. Este anuncio provocó un sinfín de reacciones en las distintas instituciones y entidades de La Palma, que muestran su satisfacción por la repercusión social y económica que tendrá en la Isla. Entre ellas, el coorganizador de la Fiesta Lustral, el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, quien participó en la decisión tomada por el Obispado.

Desde el consistorio capitalino se apresuraron a agradecer "la sensibilidad" de la iglesia a la hora de fijar la Bajada Extraordinaria de la Virgen para el verano de 2021, "en la línea de lo expresado también por el consejo rector de las fiestas lustrales" en cuyo seno se había indicado la necesidad de organizar los festejos para el próximo año y anunciarlo con celeridad para comprometer a las diferentes instituciones con los fondos económicos que toda celebración de relevancia precisa y merece.

Igualmente, desde el Ayuntamiento hacen especial hincapié en que el anuncio del Obispado armoniza además "con la necesidad de incentivar la economía, gravemente dañada por la crisis que estamos viviendo". Y es que "si las condiciones sanitarias lo permiten, la Bajada de la Virgen sería un balón de oxígeno para nuestros pequeños y medianos empresarios". Tras el anuncio del obispo de la Diócesis Nivariense, la corporación local asume "el compromiso" de elaborar un programa de actos "a la altura de las fiestas lustrales".

Como referencia a esta celebración extraordinaria se puede tomar la realizada en el año 1993, con motivo del quinto centenario de la fundación de Santa Cruz de La Palma, en la que el programa cívico-cultural no tuvo en cuenta la organización de todos los actos tradicionales.

Celebración con seguridad y controles de acceso. El 5 de agosto es un día de fiesta en La Palma. Un día singular en el que las crónicas históricas tienen en cuenta que todos los caminos conducen al Real Santuario de Nuestra Señora de Las Nieves. Senderos que se llenan de peregrinos que llegan a la capital insular para venerar a la sagrada imagen el día de su onomástica. Pero en esta ocasión, por los motivos sanitarios, fue una celebración especial en la que las medidas de seguridad sanitaria también se hicieron presentes.

Las pocas personas que tuvieron la oportunidad de acercarse a la plaza de Las Nieves tuvieron que pasar varios controles para poder acceder a ella. Ya las autoridades lo habían advertido, se recomendaba a no visitar a la Patrona de la Isla en estos días. Pero si hubo quien lo hizo, evidentemente poco más de dos decenas de fieles que si se pudieron mover con libertad por la plaza, eso sí, vigilados por efectivos de Protección Civil para que guardarán las distancias de seguridad y portaran mascarillas, aunque no pudieron entrar en la iglesia mientras se celebraba la solemne función religiosa.

En ella, prácticamente la totalidad de la curia de la isla y casi todos los alcaldes de La Palma, salvo pocas excepciones que tuvieron otra representación municipal, y que estuvo presidida por el obispo de la Diócesis Nivariense, el palmero Bernardo Álvarez, y el de San Sebastián, José Ignacio Munilla.

La eucaristía, cantada por la Camerata Palmera dejó momentos para el recuerdo y la inspiración de María, ternura de Dios, que era el lema elegido por la Iglesia Católica para la celebración de la suspendida 69 edición de la Bajada de la Virgen de Las Nieves.

Regidora Mayor de La Palma. Al finalizar la misa, el presidente del Cabildo de La Palma, Mariano Hernández Zapata, entregó el bastón de mando de la Institución insular a la Virgen, que completa los de los catorce ayuntamientos de la Isla. Este gesto, señaló el presidente, se realizó "como muestra de su veneración hacia la imagen que ostenta el título honorífico de regidora mayor de la isla".

El presidente insular leyó el acuerdo plenario de 11 de febrero de 2011 en el que se le otorgaba este título honorífico y en el que se resumía la historia de devoción mariana y advocación de toda la isla de La Palma a la imagen de la Virgen de Las Nieves, destacando la instauración de las fiestas lustrales de la Bajada en 1680, o ya en el siglo XX la coronación canónica en 1930, el establecimiento del patronazgo de la isla en 1952 y los acuerdos plenarios que la nombran alcaldesa honraría y perpetua entre 1942 y 2010 en los distintos municipios palmeros.

Los alcaldes peregrinan por sus pueblos. En unas fechas en las que las autoridades sanitarias habían pedido a la ciudadanía que no peregrinara en estos días a visitar a Las Nieves en el Real Santuario, fueron los alcaldes de los catorce municipios de la Isla los que se encargaron de representar a sus vecinos.

Prácticamente la totalidad de los primeros ediles o algunos tenientes de Alcaldía ofrecieron durante la misa las banderas de sus respectivos municipios, protagonistas, una vez concluida la eucaristía de un emotivo acto.

Fuera, en la plaza, los mástiles preparados para que cada uno de los representantes de sus pueblos izara su bandera con los sones del himno de Canarias interpretado por la Camerata Palmera. Después, la bandera de España, Canarias, La Palma y el Santuario, bajo el ritmo del himno nacional interpretado al violín por Gonzalo Cabrera. Este acto simbólico sirvió para dar cabida a los sentimientos de todos los habitantes de la Isla a los que se les recomendó no peregrinar al Santuario en estas fechas para evitar aglomeraciones dadas la actual situación sanitaria. A ellos se les invitó a aprovechar otras fechas durante el resto del mes de agosto para poder mostrar su devoción y reconocimiento a la Patrona de La Palma.