La Asociación Palmera de Agricultores y Ganaderos (ASPA) reiteró durante la reunión para evaluar el Programa de Ayudas 2021 del POSEI con la consejera regional de Agricultura, Alicia Vanoostende, la necesidad de que el Gobierno de Canarias adopte medidas urgentes que frenen la incorporación de nuevos inversores al sector platanero. Los agricultores palmeros señalan que esos inversores, ajenos al sector primario, buscan en la relativa estabilidad del sector y sus ayudas la capitalización rápida de dividendos que provocarían perjuicios a los productores tradicionales.

Por primera vez, desde la aprobación por la Unión Europea de la OCM del Plátano y el régimen de ayudas compensatorias establecido para garantizar en el mercado la competitividad frente a plátanos procedentes de terceros países, el sector platanero de Canarias supera las 420 toneladas producidas y subvencionables, lo que provoca una reducción de la ayuda percibida por los productores en la campaña de comercialización 2019.

"Gran preocupación"

Desde ASPA defienden que resulta "especialmente preocupante" para La Palma, por su dependencia económica de este cultivo y por su estructuración basada en el minifundismo de las explotaciones, que dichas reducciones se incrementen en próximas revisiones por las que otorgan las cantidades de referencia y determinan finalmente la ayuda a percibir.

ASPA recuerda que es el Gobierno de Canarias quien tiene la responsabilidad de adoptar medidas con la antelación suficiente para evitar que disminuyan los ingresos de los productores establecidos en el sector, ya amenazados por diversas circunstancias, entre ellas, el incremento de los costes de explotación y la revisión del marco financiero de la Política Agraria Comunitaria para el nuevo periodo de ayudas 2021-2027.

En la misma reunión de trabajo también se pidió sensibilidad para mejorar los apoyos a sectores afectados por el Covid-19, como la ganadería, flores y plantas o la viña y el vino, esté último sector referente del patrimonio de las Islas que está en claro retroceso de superficie cultivada azotado por el cambio climático y la falta de rentabilidad para su mantenimiento.