Vecinos colindantes al barranco de Las Nieves en Santa Cruz de La Palma reclaman a través de diferentes medios que se cumpla la normativa de ruidos y sanitaria para evitar las afecciones que provocan las gallinas, gallos y palomas en la zona.

Quienes sufren sobre todo los ruidos provocados durante la noche reclaman con "hartazgo" la falta de "decisión del Ayuntamiento para solucionar el grave problema de gallinas, gallos y palomas", que afecta desde la zona del Barco de La Virgen hasta la Urbanización Benahoare.

Denuncian las "muchas horas de sueño que se pierden por los gallos que cantan desde tempranas horas, suciedad en el barranco y en los edificios colindantes".

Ya son varios años los que vecinos del barranco de Las Nieves llevan sufriendo el que gallos y gallinas campen a sus anchas por las calles y vías de la zona, provocando problemas de salud pública, de seguridad vial y lo que consideran más grave, grandes molestias para el descanso. Incluso, vecinos de la Urbanización Benahoare ya han visto como estos gallos y gallinas abandonaron el barranco y están invadiendo las zonas ajardinadas entre los bloques de viviendas.

Se mueven por vías y plazas, e incluso, si encuentran las puertas abiertas de los portales, llegan a introducirse dentro, acostumbrándose a la presencia humana, a la que ya no muestran ningún temor. "Y lo peor de todo es sus cantos de día y de noche", reclaman estos vecinos, que los califican de "insoportables", afectando al descanso de los vecinos durante las noches y madrugadas.

Pero no son los únicos que llevan años sufriendo esta verdadera plaga. También los vecinos del Camino del Velachero, Avenida de Las Nieves y de la Barriada de Los Pescadores sufren día y noche a estos ruidosos animales. Además, señalan que son tantos los gallos y gallinas que no paran de cantar las 24 horas del día.

En contra de las ordenanzas municipales, muchos vecinos se encargan de suministrarles alimento, lo que provoca que su número se multiplique.

Una asociación de voluntarios comenzó las tareas de retirada apoyados por el Ayuntamiento capitalino. Durante ese tiempo fueron varios centenares de aves las que se pudieron capturar, aunque apenas se consiguió el efecto deseado. Con el tiempo, esta asociación recibió el encargo para realizar las tareas de retirada de estos animales por parte del Consejo Insular de Aguas, titular del barranco, pero la aportación económica que se iba a realizar se consideró insuficiente.