La principal infraestructura de transporte hídrico en la isla de La Palma, el canal general LP-1 Barlovento-Fuencaliente, sufre continuas fugas que vienen a agravar la situación de sequía que viven las medianías palmeras y que incluso están obligando a restringir el consumo de agua domiciliario en muchos municipios. Lo cierto es que este canal, tal y como afirman los propios agricultores y personal de mantenimiento del mismo, "se sale a chorros" en varios puntos.

El canal Barlovento-Fuencaliente es una obra vital para el riego y abastecimiento urbano, construida por el antiguo Ministerio de Obras Públicas en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado cuenta con 82 kilómetros de longitud. Consiste en un canal de hormigón que permite el paso de un metro cúbico por segundo, extendiéndose por la zona este en dirección norte-sur, con 89 obras de fábrica para salvar barrancos y pequeñas vaguadas y 34 túneles.

Más de mil conexiones

El uso de los recursos de ese canal quedó racionalizado y controlado para intentar garantizar que el caudal de esta infraestructura llegue hasta el final de la misma, en la costa de Fuencaliente. Así se detectó que en las 1.100 conexiones a través de 260 acometidas directas sufría una disminución de caudal en el tramo entre Aduares y La Salemera y numerosas conexiones fraudulentas, que se ven agravadas por la rotura de la obra de fábrica. La mejora de la canalización es una reivindicación histórica del sector agrícola que, a pesar de que en los últimos tiempos se realizaron distintas actuaciones, denuncia el mal estado de esta infraestructura convirtiéndose en un coladero.

El pasado mes de diciembre ya se encargó a la empresa pública Tragsa las obras de reparación del canal con un coste aproximado de 2,8 millones de euros. En ese momento se indicó que las obras tenían como objetivo controlar el flujo y minimizar las pérdidas de agua en este canal, estimadas en un 20% de su caudal, lo que supondría 2.200.000 de pipas al año, una incidencia que tiene mayor importancia en una época de sequía como la que está sufriendo La Palma. Mientras esa reparación llega, organizaciones agrarias como ASPA y PALCA reclaman que la "verdadera política de aguas tiene que ser la correcta gestión y mantenimiento de las infraestructuras que ya existen". Igualmente, denuncian que mientras los agricultores "pagan para captar agua", esta "se pierde en las conducciones".

Por su parte, el Consejo Insular de Aguas de La Palma ya dispone de un informe básico del estado de dos pozos-sondeos de investigación ubicados en El Paso para el control hidráulico de las aguas subterráneas. En sus conclusiones, dicho informe recoge la alternativa de una obra de captación y literalmente señala que "la ventaja principal de este tipo de obra de captación frente a la perforación del túnel de trasvase, estriba principalmente en que a través de este tipo de obra de captación se puede hacer un uso racional y controlado del agua, evitando situaciones irreversibles y evitando afecciones a obras de captación de aguas subterráneas preexistentes".

Más agua en el sistema

Este informe fue encargado para seguir buscando soluciones que pasan por poner más agua en el sistema y realizar sondeos en Las Moraditas y en la recta de Los Morados, así como una actuación que permitiría solucionar algunas anomalías detectadas en ambos pozos. El documento técnico también recoge que recoge literalmente que la presencia de agua en la zona y la inexistencia de obras captación de aguas subterráneas activas dentro del espacio cautelar de protección de ambos sondeos, "puede ser una oportunidad para poder aumentar los caudales disponibles en la zona", realizando la perforación de dos sondeos de explotación de aguas subterráneas que permitan extraer caudales del acuífero de manera controlada, monitorizando el nivel en los piezómetros existentes.

La desalación se está convirtiendo en una posible solución en un territorio insular que hasta ahora había dado la espalda a las políticas tendentes a su utilización. Por eso, el Consejo Insular de Aguas trabaja en el análisis de un estudio de viabilidad para la implementación de plantas desaladoras modulares de agua de mar que puedan surtir de recursos hídricos al oeste de la isla y paliar así los efectos de la sequía que afectan a toda la Isla.

El estudio concluye que existe viabilidad técnica, legal, medio ambiental y en materia de ordenación del territorio para emprender un ambicioso proyecto en este sentido, que, en una primera fase, permitiría producir 13.000 metros cúbicos de agua desalada al día. La licitación estaría en torno a 2,6 millones de euros, para los que desde la institución palmera ya se busca financiación. El estudio realiza una detallada exposición del análisis de lugares de emplazamiento, obras e infraestructuras a desarrollar y conducciones que permitan transportar el agua, entre otros muchos aspectos técnicos.

Además de estas iniciativas, desde el Consejo Insular de Aguas destacan que "no ha cesado" de trabajar durante este tiempo en distintas acciones, recogidas en un plan de una veintena de iniciativas, que resulten efectivas para la lucha contra la sequía en la Isla. La misma institución destaca los convenios que permitirán poner agua en el sistema mediante la reactivación de los pozos del Roque y del Carmen en Santa Cruz de La Palma, además de la puesta en marcha del de Izcagua en Puntagorda.

Otras iniciativas impulsadas en los últimos meses para la mejor gestión de los recursos hídricos son las referidas a la mejora, saneamiento y reparación de infraestructuras hidráulicas de la isla, como son el proyecto del sifón de Las Nieves, la creación de un depósito de agua en Las Cabezadas, en Barlovento, la mejora de las conducciones de la red de agua en Los Llanos de Aridane y la finalización del proyecto de utilización de aguas regeneradas de la EDAR Los Llanos de Aridane-El Paso.