Cada 3 de mayo es un día especial en La Palma. Además de la celebración del 527 aniversario de la conquista de la Isla y fundación de Santa Cruz de La Palma, la tradición dicta que las cruces de cada plaza, encrucijada de caminos, capillas e incluso en domicilios reciban el homenaje de quienes se encargan de adornarlas y enramarlas para la ocasión y las miles de persona que se encargan de recorrerlas y admirarlas.

Desde la víspera, los vecinos de cada zona se afanan en decorar las cruces con los más variados motivos ornamentales, desde flores hasta lujosas joyas, haciendo gala de originalidad y buen gusto. Pero este 2020 ha tenido que ser distintos. Es un Día de la Cruz sin procesión cívico-religiosa, sin los ventorrillos festivos en muchos lugares de la Isla y sobre todo sin los 'mayos', muñecos de tela y armazón de madera vestidos para la ocasión, y sin cruces enramadas en los municipios palmeros.

Pero la situación de confinamiento ha impedido la preparación de esos monumentos efímeros en las últimas semanas, pero no ha podido evitar que, en sus domicilios, a través de ventanas o balcones, o incluso sólo para el disfrute de quienes la elabora, se siga manteniendo la tradición del 3 de mayo y también en esta jornada de domingo las cruces hayan seguido siendo las protagonistas.