¿Debe estar el sector agrícola preocupado por la actual situación de sequía?

Vivo con mucha preocupación estos días. El ruido no nos deja ver el trabajo que hemos hecho durante estos años, perdiendo la perspectiva y el reconocimiento de quienes con mucho sacrificio posibilitaron que hace décadas se construyeran galerías y pozos. El diálogo parece casi imposible, ya que no se escucha lo que se dice por la otra parte. El propio Consejo Insular de Aguas, que presumía de diálogo permanente con los titulares del aprovechamiento y el agua, ha faltado el respeto a esa gente.

Su gestión sobre el agua ha sido cuestionada por el grupo de gobierno insular.

Seguro que hemos hecho mal muchas cosas, pero también unas cuantas bien. Durante años se miraba con envidia desde otras islas la gestión del Consejo Insular de Aguas de La Palma en materia agrícola. En mis años en el Cabildo gastamos en ayudas directas a los agricultores casi 11 millones de euros para evitar pérdidas de agua y mejorar los sistemas de riego, aparte de lo que el Consejo invirtió en redes de riego y embalses. Se ha trabajado mucho durante estos años, con una gestión que siempre fue trasparente y solidaria. Ahora se ha fallado en ese aspecto.

¿Qué se ha hecho estos años para evitar episodios de sequía como el actual?

Pese a lo que se está diciendo en estos días, confundiendo la realidad y a la gente, alarmándola, los trabajos que se han realizado siguen en marcha. El aporte de agua al Valle sigue funcionando, ejecutado en épocas anteriores, con la conexión del canal Garafía- Tijarafe con La Laguna de Barlovento, la elevación de Aduares de los años 80 del siglo pasado y ya se ha contratado una segunda elevación aprovechando el túnel de la Cumbre. Se ha actuado también en la mejora de la distribución de aguas en Los Llanos de Aridane. Por tanto, se ha trabajado en esta línea. Además, hay otra obra, de la que nadie habla, porque no fue entendida en su momento, que es la segunda conexión entre La Laguna de Barlovento y el canal Garafía-Tijarafe, que está a punto de terminarse como obra complementaria a la Balsa de Vicario y que va a propiciar otro aporte más de agua al Valle de Aridane en este verano.

Entonces, ¿por qué se da esta actual situación de tensión con el sector?

Siempre trabajamos en el Consejo Insular de Aguas con diálogo. Así, los distintos sectores representados han entendido las necesidades en cada época, aunque no sin escollos, algunas veces puestos por personal de la institución. Y tengo que nombrarlo: quien ahora aparece como especialista en aguas subterráneas, Francisco Martín, ya intentó boicotear acuerdos relacionados con La Laguna de Barlovento, diciendo que lo que pretendíamos era que los de siempre pudieran ganar más dinero, cuando la intención era la contraria. Afortunadamente, el personal del Consejo Insular de Aguas es profesional y no los representa.

¿Pero qué falla en el Consejo Insular de Aguas?

Tiene un grupo de técnicos y administrativos muy bueno. Sus canaleros y vigilantes son magníficos. Para la gerente sólo puedo tener palabras de agradecimiento por ocupar ese puesto cuando se lo pedí, trabajando de manera leal durante muchos años. Mi sorpresa fue en 2015 cuando mucha gente me dijo que había que cambiarla. Pedí confianza en ella, pero me equivoqué en aquel planteamiento y afectó a la gestión de los últimos cuatro años. Ahora hay que buscar un Consejo más activo y que la gerencia permita que los procesos administrativos se resuelvan en tiempo y forma, no provocando bloqueo de la gestión.

¿Cree que habría que actuar en el túnel de trasvase?

Debiéramos dejar hablar a los técnicos. Este tema está siendo muy mal gestionado por el Consejo de Aguas. Soy de los que creen que hay que incidir en otras medidas antes de buscar más agua. Tenemos que darnos cuenta de los datos de agua que tenemos en el sistema actual y hacer un esfuerzo para estudiar las necesidades hídricas de nuestra agricultura y ahorrar el agua. Dicho esto, el túnel de trasvase se ha aprovechado, esa agua está ahí, y siempre digo que es finita. Son los técnicos los que tienen que hablar y desde octubre Carlos Soler ya ha dicho que se puede seguir trabajando en él. Los otros informes negativos no han dejado verlos, lo que ha provocado tensión entre el sector agrícola.

¿Cuál tiene que ser la decisión al respecto?

Hay que ver todos los informes y que un órgano colegiado tome la decisión que tenga que tomar, y ya está. Y estaré de acuerdo.

¿La solución es la activación de pozos?

Tenemos que aprovecharlos. Algunos los podemos activar en función de las necesidades y estudiando los costes energéticos que tienen. Pero hay que tener en cuenta cómo hacer las cosas. Nosotros intentamos reactivar unos pozos, y al no estar inscritos, se planteó la fórmula de cesión de uso de esas aguas, avalada por informes técnicos. Lo que no entiendo es por qué se ha dado una subvención directa al pozo de El Roque. La responsabilidad es del presidente del Cabildo de no hacer las cosas bien. El expediente para conceder esa subvención da pena. En algún momento acabará en manos de la Fiscalía y va a producir un problema para aquellas personas que, con buena fe, votaron a favor de la ayuda.

El grupo de gobierno del Cabildo ha dicho que esa es una de las soluciones.

Defiendo la calidad de aguas de ese pozo y puedo dar una lista de razones para activarlo. Igual que ese pozo hay otros muchos. Pero tampoco se puede engañar al sector primario diciendo que el problema lo va a resolver la elevación de agua del pozo de Los Tilos a Barlovento. Eso dará 120 pipas hora como máxima explotación. No va a resolver nada.

Nunca se ha mostrado a favor de la desalación. ¿Este es el momento de comenzar a aplicarla?

El coste de la desalación es enorme energéticamente. Creo que con un poco de esfuerzo se podrá depurar aguas en Los Llanos pronto. Me conformaría con que fuera para jardines y limpieza pública, aunque estoy convencido de que nuestros agricultores, con mucha capacidad de renovación, van a aceptar esa agua también para el riego.

¿Debe el sector primario estar tranquilo ante la actual situación?

El diálogo y el entendimiento es fundamental. Tenemos agua. Las cosas hay que hacerlas bien, y se pueden hacer bien. Y un ejemplo de hacer las cosas mal es la subvención al pozo de El Roque. Sus titulares no se merecen que se hagan las cosas de esta manera. Al sector le diría que se escuche y a los representantes políticos, insisto, que hagan las cosas bien y no responsabilicen a quienes trabajamos durante muchos años en un marco de consenso y trasparencia.