Los hermanos Valentín y Santiago Rodríguez Capote, trabajadores de Tragsa encargados de rastrear y eliminar las matas del rabo de gato que aparezcan dentro de los límites del Parque Nacional, han descubierto una vasija benahoarita, prácticamente entera, en el interior de la Caldera de Taburiente.

La pieza de cerámica se rescató y depositó, apenas tres días después del hallazgo, en el Museo Arqueológico Benahoarita, donde se procederá a su limpieza, restauración y estudio. Está en buen estado de conservación, si bien le falta todo el borde. Carece de decoración, tiene una forma semiesférica y se sabe que es bastante antigua. Estaba depositada boca abajo y en su fondo aparecen unas costras que se intentarán analizar para conocer su contenido.

Se estima que la presencia de la vasija en el fondo de esta estrecha covacha podría obedecer a la existencia de un escondrijo en el que los aborígenes escondían estos objetos hasta que volvían a ser necesarios durante las tareas de pastoreo. Otra hipótesis que se plantea es que se tratase de un recipiente para recoger agua de los goteos del techo, si bien los especialistas se inclinan a pensar que podría tratarse de una especie de ofrenda ritual.

Se trata del primer caso, en los últimos treinta años, en que una pieza aborigen de esta magnitud y calidad, es recogida de su posición originaria. Se rastró la zona y no se localizó ninguna otra.