El consorcio internacional del Telescopio de Treinta Metros (TMT, por sus siglas en inglés) todavía no ha decidido el lugar de su construcción. O, para ser más exactos, tiene acordado y desea ubicarlo en la montaña Mauna Kea y lo único que detiene la operación es la presión contraria de una parte de la sociedad en Hawái. La Palma es la segunda opción, pero ayer se aventuró con un informe sobre la repercusión económica que tendría si al final se instala en Puntagorda.

Juan José Díaz Hernández, profesor del Departamento de Economía, Contabilidad y Finanzas de la Universidad de La Laguna, ha sido el encargado de elaborar y presentar el informe sobre el impacto socioeconómico que tendría esta infraestructura científica, con datos que son 'mareantes'. En una frase se resumiría en que el TMT supondría el 5% del PIB insular y generaría 900 empleos al año, lo que ciertamente parece difícil de asumir.

Este profesor, respaldado por el IAC y el Cabildo de La Palma, afirmó que la construcción y operación del TMT en Puntagorda "no sería solo un hito científico de máximo nivel" sino que además se convertiría "en un verdadero revulsivo económico para la Isla". Durante los diez años que durarían las obras de instalación "el valor estimado de la producción del telescopio sería de unos 100 millones de euros, con la generación de empleos de calidad, a tiempo completo, en una cifra aproximada a los 900 puestos de trabajo cada año".

Juan José Díaz destacó incluso "la importante contribución que toda la actividad económica generada por la construcción del TMT supondría para las arcas públicas, tanto por el pago de impuestos como de costas a la seguridad social", lo que calcula "en 13 millones anuales durante la década de construcción". Si eso ocurriera, en ese supuesto caso, la gestión sería muy diferente a lo que ocurre en el Roque de los Muchachos, donde el Ayuntamiento de Garafía ha tenido serias dificultades incluso para cobrar licencias por obras en el complejo astrofísico.

Tras finalizar el telescopio, llegaría la fase de operaciones. Sería para 2030. No hay que olvidar que todos estos datos se producirían si el TMT llega a La Palma, que a día de hoy parece complejo. Es decir, es una hipótesis. A partir de ese año, los impactos económicos "serían también muy notables". Y es que "hablaríamos de una producción valorada en 75 millones de euros anuales. La contribución por cada euro gastado rondaría los 3,11 euros de efecto tractor sobre el conjunto de la economía palmera". Sería incluso "una apuesta rotunda por un modelo de desarrollo sostenible que ayudaría a promocionar a La Palma, asociando la Isla a modernidad y a parámetros de alta calidad", apuntó el responsable del informe.

Sobre la creación de puestos de trabajo, un dato destacado en el informe por el elevado número del que se habla, Juan José Díaz defendió que "habría que distinguir varios tipos de empleo. Habría un empleo técnico, de ingenieros, de alto nivel de cualificación, que sería una magnífica oportunidad para el personal palmero que se cualifique, y también se generarían puestos de trabajo en el conjunto de sectores de la actividad productiva. Más allá de la actividad científica, se generaría empleo en sectores como la construcción, en alojamientos, restauración, comercio, transporte... en múltiples actividades que se verían directamente beneficiadas de la construcción y operación del TMT".

En el fondo cree que "es muy difícil encontrar desventajas a la construcción del telescopio para La Palma", aunque los ecologistas ya las han detectado en aspectos medioambientales. "Se financiaría con inversión extranjera, que está cayendo dramáticamente, fondos que generarían actividad, empleo y que ayudar a promocionar la Isla". Pero además, "sería una magnífica oportunidad para el conjunto de instituciones públicas españolas e incluso europeas. La astronomía en La Palma es un negocio altamente rentable", sentenció este profesor.